Las cifras hablan por sí solas; el número de ocupados en el sector agrario en 2002 se ha reducido en 48.900 personas respecto al año 2001 (-5,1%), lo que muestra la alarmante pérdida de empleo que está sufriendo el sector agrario español, acelerada en este último año. Durante el año 2002, 905.600 personas han estado trabajando en la agricultura y ganadería en el conjunto del Estado.
Estos datos se traducen también en una pérdida de peso del sector agrario en el empleo total, pasando del 6%, en 2001, al 5,6%, en 2002, como consecuencia del incremento del número total de ocupados, según datos de al EPA, en casi 1,7 millones de personas en los últimos tres años, en un contexto de crecimiento económico sostenido. Lamentablemente, el único sector que ha perdido empleo en este período ha sido el agrario, con un descenso en el número de ocupados de casi 75.000 personas.
En la última década (de 1993 a 2002) el número de ocupados en la agricultura se ha reducido en 193.400 personas (-17,6%), pasando de 1.099.000 a 905.600, continuando una tendencia acelerada de pérdida de peso del sector agrario en la economía: el porcentaje de ocupados agrarios sobre el total ha pasado en la última década del 8,9% al 5,6%. Esta tendencia se agrava aún más en el caso de los Agricultores a Título Principal*, en donde la destrucción del empleo se acerca la 30% en los últimos diez años. Las consecuencias de esta pérdida de empleo agrario son dramáticas para muchas zonas rurales, en las que la pérdida de población lleva a las mismas a la desertificación humana y a la parálisis económica.
La tasa de paro agrario en 2002 fue del 15,9%, mucho más elevada que la media de sectores no primarios (7,8%) [El resto, hasta llegar a la tasa general de paro del 11,4%, corresponde a los que buscan su primer empleo o han dejado su último empleo hace 3 años o más].
Miguel Padilla, de la Comisión Ejecutiva estatal de COAG, ha señalado la gravedad de esta situación en cuanto que no sólo afecta a la agricultura, sino también al porvenir de extensas zonas rurales de nuestro territorio.” No hay que olvidar que los agricultores y ganaderos gestionan el 80% del territorio del Estado español y, si no se les apoya, ¿quién va ser la columna vertebral del medio rural?. En este sentido, desde COAG apostamos por el desarrollo de una Ley de Agricultura y Desarrollo Rural que haga frente a esta problemática con un enfoque integral y exigimos un apoyo decidido de las Administraciones para garantizar la supervivencia de miles de agricultores y ganaderos”.
*Agricultor a Título Principal, es aquel que obtiene al menos un 50% de su renta total de la actividad agraria ejercida en su propia explotación, y además el tiempo de trabajo dedicada a la misma es superior al 50% del total de su trabajo.
COAG