De esta forma, se fabricarían productos respetuosos con el medio ambiente a partir de componentes naturales y se solucionaría gran parte de los problemas que sufre el sector agrícola, sobre todo aquellos relacionados con plagas.
Gracias a la biotecnología, “emplearemos los ácidos benzohidroxámicos, para componer nuevas clases de herbicidas modificando sus propiedades físicas, químicas o biológicas”, señala Domingo Cantero, coordinador del estudio. Los ácidos benzohidroxámicos son compuestos utilizados como base para producir productos naturales y otros compuestos con actividad biológica, que han demostrado una importante actividad como agente herbicida.
En este proyecto, denominado Producción biotecnológica de ácidos benzohidroxámicos bioactivos (fitosanitarios y farmacológicos), financiado por la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa con 218.000 euros, participa un equipo multidisciplinar formado por científicos pertenecientes a tres grupos de investigación de la universidad gaditana.
Dividido en tres fases, el estudio contará con el trabajo de cinco ingenieros químicos, tres químicos orgánicos y un inmunólogo. En primer lugar, los expertos en química orgánica, del grupo de Alelopatía de la UCA, trabajarán en la búsqueda de nuevos compuestos naturales que puedan aplicarse como herbicidas.
Posteriormente, les corresponderá a los ingenieros químicos determinar qué pasos faltan para pasar del trabajo en el laboratorio a escala industrial, es decir, cómo conseguir mayor cantidad de estos compuestos naturales sin interferir en sus propiedades y poder emplearlos entonces como agentes fitosanitarios en grandes extensiones de tierra, como invernaderos y campos de cultivo.
Por último, mediante pruebas de ensayo, un experto en inmunología estudiará la extrapolación de las propiedades bioactivas de estos compuestos y, una vez extraídos, comprobará si pueden funcionar como principios activos naturales en inmunodepresores y antitumorales.
Según el profesor Cantero, “utilizaremos estos procesos biológicos para resolver problemas que afectan al campo, siempre respetando el medio ambiente. Según la experiencia, esta clase de compuestos cuentan con mejores niveles de actividad a concentraciones bajas, que comparados con los herbicidas comerciales, tienen la ventaja de ser selectivos y causan menos daños a los cultivos. Además, a todo ello debemos sumarle una vertiente clínica, ya que otro de los objetivos del proyecto es profundizar en el conocimiento de los modos de acción de estos compuestos para una posible aplicación futura como fármacos”.
Junta de Andalucía