Numerosos países en África sub-sahariana siguen haciendo frente a una grave escasez de alimentos debido tanto a desastres naturales como a los provocados por los seres humanos, a pesar de que en conjunto la situación de las existencias alimentarias es en general mejor que hace un año, dice la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en una nueva edición de su informe sobre África (La situación de las existencias alimentarias y las perspectivas de cosecha en África sub-sahariana) que se publicó ayer.
Somalia es fuente de especial preocupación, ya que la situación alimentaria empeora a pasos agigantados tras una drástica reducción de la cosecha principal en el 2001, la peor en los siete últimos años como consecuencia de la sequía, dice el informe. Alrededor de 800.000 personas tienen dificultad para conseguir alimentos, de las cuales 300.000 en la región meridional están amenazadas por la inanición y necesitan ayuda alimentaria urgentemente. Las recientes lluvias en la vecina región montañosa de Etiopía han provocado un desbordamiento de los ríos en el sur de Somalia, ocasionando el desplazamiento de grandes masas de seres humanos y agravando la ya dramática situación de las existencias alimentarias.
La prohibición, todavía en vigor, de importar ganado procedente de África Oriental por los países de la Península Arábiga, debida a la fiebre del valle del Rift, se traduce en una pérdida consistente de ingresos, sobre todo en el norte de Somalia. Se calcula que la prohibición impuesta en septiembre del 2000 ha costado al país pérdidas de unos 120 millones de dólares en las ganancias procedentes de las divisas fuertes. Además, las remesas de los somalíes que viven en el extranjero se han visto disminuidas por el reciente cierre de la compañía de transferencias monetarias Al-Barakaat, que canalizaba millones de dólares hacia el país.
En la región de los Grandes Lagos hay más de dos millones y medio de prófugos internos en la República Democrática del Congo que viven en la miseria y pasan hambre, pues las organizaciones humanitarias no consiguen llegar a ellos dadas las condiciones de inseguridad vigentes. El conflicto actual sigue desbaratando la actividad agrícola. En la provincia sur-oriental de Katanga, el porcentaje de malnutrición infantil es tremendamente elevado: cada día mueren 11 niños. La situación nutricional sigue siendo muy grave en todo el continente, incluida Kinshasa y otros centros urbanos. En otras zonas de la región, como en Burundi y Ruanda, la situación de las existencias alimentarias ha mejorado considerablemente.
En África Oriental, la situación alimentaria ha mejorado significativamente si se compara con la del año pasado. En Eritrea, Etiopía, Kenia, Sudán, Tanzania y Uganda se han conseguido buenas cosechas o las perspectivas de las mismas son buenas, gracias a las condiciones atmosféricas favorables. No obstante, las poblaciones que viven del pastoreo en Kenia y Etiopía siguen dependiendo de las ayudas alimentarias debido a la sequía en curso desde hace tres años. En Eritrea, más de 50.000 prófugos siguen necesitando ayuda alimentaria. En Etiopía, debido a la sequía persistente, se registra una grave escasez de alimentos y migración de poblaciones y ganado en las zonas de pastoreo.
En el sur de África, la situación alimentaria es dramática y hay escasez de alimentos en varios países. En el sur, este y extremo norte de Zimbabwe, donde la producción ha disminuido debido al tiempo seco o a la lluvia excesiva, hay considerables dificultades alimentarias. Alrededor de 705.000 personas en las zonas rurales corren el peligro de no tener nada que comer. Además, 250.000 personas en las zonas urbanas experimentan dificultades con la alimentación debido a la fuerte subida de los precios de los géneros alimentarios, mientras unos 30.000 peones agrícolas han perdido sus empleos y no tienen medios de subsistencia.
A nivel nacional, las reservas se han agotado. El gobierno, mediante una serie de acuerdos, ha decidido importar 150.000 toneladas de maíz, pero el cereal no ha llegado todavía al país. La rebaja de los precios ha desembocado en una significativa escasez de productos básicos en los mercados. La situación de las existencias alimentarias podría empeorar más aún el año próximo ya que la siembra de maíz del 2002, actualmente en curso, se verá seguramente trastornada tras la publicación de un decreto del gobierno que autoriza la división de las explotaciones agrícolas comerciales para su venta. Se prevén pérdidas de los ingresos procedentes de la exportación y aumento de las dificultades económicas, ya que los campesinos de las explotaciones comerciales agrícolas abandonan la agricultura, limitando así la producción.
En Angola se necesita asistencia alimentaria para 1.340.000 prófugos internos y personas en peligro. Malawi y Zambia han anunciado que importarán amplios pedidos de maíz. En Mozambique, a pesar de la buena cosecha, se necesitará asistencia alimentaria para unas 100.000 personas afectadas por el clima seco. En Botswana, Lesotho, Namibia y Suazilandia, donde la producción de cereales ha sido escasa, se prevén dificultades alimentarias en muchos hogares. En Madagascar, ha mejorado en conjunto la situación de las existencias alimentarias, tras una cosecha excepcional de arroz con cáscara y de amplios remanentes de reservas.
Es necesario prestar mayor atención a la prolongada y compleja situación de emergencia en Angola y en la República Democrática del Congo para encontrar soluciones que alivien la desesperada situación de las poblaciones de esos países, dice la FAO.
En África Occidental, se han registrado cosechas excepcionales en el Sahel que permitirán reaprovisionar las reservas de los campesinos y de los gobiernos. Se calcula que habrá cosechas excelentes en Burkina Faso, Gambia y Níger, mientras se prevén cosechas normales en Chad, Malí y Senegal. Sin embargo, las perspectivas son menos favorables para Cabo Verde, Mauritania y Guinea-Bissau, si se comparan con las del año pasado. En los países costeros, las existencias alimentarias seguirán escaseando en Guinea, Liberia y Sierra Leona, debido al impacto de los recientes conflictos civiles.
FAO