Los datos apuntan a que los animales han muerto por el uso ilegal de cebos envenenados, una práctica que no es nueva en esa zona, a pesar de ser constitutiva de delito según el Código Penal vigente.
Los hechos son especialmente graves, ya que el lugar donde se han encontrado los animales se incluye en la zona de alimentación de dos parejas de águila imperial y es una zona de uso muy intenso dentro del área de campeo de la población de buitre negro de la Sierra de Guadarrama, una de las más importantes de España. Asimismo, también se ubica dentro del área de influencia de la población de buitre leonado y alimoche del cercano Parque Natural de las Hoces del río Duratón.
En estos momentos todas estas especies están en plena época de cría, lo que agrava aún más la situación. Además, águilas imperiales y área de campeo de los ejemplares de buitre negro de la Sierra de Guadarrama, uno de los núcleos reproductores más importantes de España. En estos momentos estas dos especies están en plena época de cría, lo que agrava aún más la situación. También, es significativo el elevado número de milanos reales muertos, la especie sin duda más afectada por este episodio, cuya población reproductora está sufriendo un acusado declive en los últimos años (estimado en un 50% en 10 años) y cuya situación es muy preocupante en la provincia de Segovia, donde el descenso de su población en 10 años se estima que podría llegar al 70-80%.
WWF y SEO/BirdLife han enviado una carta a la Junta de Castilla y León pidiendo todos los medios necesarios para que los responsables de estos hechos sean identificados y sancionados, así como medidas de recuperación de las zonas y especies afectadas.
Ambas organizaciones estudian la posibilidad de personarse como acusación en el caso y piden un plan regional contra el uso ilegal de cebos envenenados con medidas urgentes para prevenir, disuadir, investigar y perseguir el uso ilegal de veneno.
Con sucesos como los acontecidos esta semana en Segovia, se constata una vez más que de nada sirven los esfuerzos de conservación de las especies amenazadas en las zonas de cría, si luego no se toman medidas para impedir su mortalidad en las áreas de alimentación. De hecho, un único episodio masivo de envenenamiento puede arruinar muchos años de recuperación de una población de una especie y con la gran cantidad de recursos humanos y económicos invertidos en ello por toda la sociedad.
SEO/BirdLife