Ayer entró en vigor el Tratado Internacional sobre Recursos Fitogenéticos para la agricultura y la alimentación, el primer acuerdo global jurídicamente vinculante para garantizar una agricultura sostenible en el planeta. Hasta el momento 55 países lo han ratificado.
«Hoy comienza una nueva era,» reconoció el Director General de la FAO, Jacques Diouf.
«El Tratado reúne a países, agricultores y científicos mejoradores de plantas y les ofrece un enfoque multilateral en el acceso a los recursos genéticos de las plantas y el reparto de los beneficios derivados de su uso;.
«El Tratado reconoce la labor de los agricultores de todo el mundo, particularmente los de los países del Sur, que han desarrollado y conservado los recursos fitogenéticos durante milenios. Ahora -señaló Diouf- los países deben proporcionar los recursos necesarios para que el Tratado pueda ser operativo».
«La humanidad necesita salvaguardar y potenciar el precioso legado de los recursos genéticos de las plantas. Este legado es la base para una agricultura sostenible».
Acerbo genético
Las colecciones de genes son fundamentales para alimentar a una población mundial en constante aumento. Estos genes proporcionan la material prima que los mejoradores de plantas necesitan para desarrollar nuevas variedades que permitirán a la humanidad hacer frente a desafíos imprevisibles como plagas en los animales y las plantas, cambios del clima, y también para enriquecer la dieta alimenticia.
Pero la biodiversidad agrícola, que es la base de la producción de alimentos, se reduce a pasos agigantados debido a los nuevos modos de vida, los cambios en la dieta alimentaria y el aumento de la densidad de población.
Desde los albores de la agricultura, los agricultores de todo el mundo han desarrollado unas 10 000 especies vegetales para la alimentación humana o como forraje animal. Hoy apenas 150 cultivos alimentan a la mayoría de la población mundial y sólo 12 cultivos proporcionan el 80% de la energía que consumimos, siendo el trigo, el arroz, el maíz y la patata responsables del 60% de ese total.
Se estima que unas tres cuartas partes de la diversidad genética agrícola se ha perdido durante el último siglo, y esta tendencia continúa.
Esta erosión tiene consecuencias irreversibles para nuestros cultivos. Un ejemplo de la vulnerabilidad genética de las variedades modernas se encuentra en la producción comercial de banana, que está severamente amenazada por una enfermedad, un hongo llamado sikatoga negra, ya que las cinco principales variedades comerciales derivan de una única variedad susceptible a esta enfermedad.
El Tratado Internacional pretende ofrecer respuesta a este tipo de desafíos.
El Sistema Multilateral
«Un aspecto único e innovador del Tratado es el Sistema Multilateral para el acceso y el reparto de beneficios», explicó José Esquinas-Alcázar, Secretario de la Comisión Intergubernamental de la FAO sobre Recursos Genéticos para la Agricultura y la Alimentación.
«Gracias a este Sistema, el uso de los recursos fitogenéticos se basará en el principio del fácil acceso a los recursos y a su intercambio y a un reparto justo y equitativo de los beneficios derivados de su uso. El Sistema Multilateral se aplica a 35 cultivos alimentarios y 29 especies de forraje, que representan la mayoría de los cultivos alimentarios de los que dependen los países».
Los mejoradores de plantas, los agricultores y las instituciones de investigación -públicas y privadas- tendrán acceso garantizado a una amplia gama de recursos genéticos bajo unas determinadas condiciones. Esto evitará, entre otras cosas, la monopolización de estos recursos por parte de grandes grupos económicos. Y como resultado de todo ello también se beneficiarán los consumidores, que podrán tener acceso a más y mejores productos.
El Sistema Multilateral también contribuirá a reducir los costes derivados de los intercambios de material filogenético entre países. Así, ya no será necesario llevar a cabo costosos acuerdos bilaterales con cada uno de los países propietarios de los recursos que mejoradores de plantas e investigadores necesitan para producir nuevas variedades.
El Tratado también permitirá a los países en desarrollo invertir en su capacitación para conservar y usar dichos recursos genéticos. El Reparto de Beneficios contemplará el intercambio de información, el acceso y la transferencia de tecnología y la formación.
Otro aspecto fundamental del Reparto de Beneficios es que, en aquellos casos en los que se comercialicen plantas mejoradas con material incluido en el Sistema Multilateral, será necesario pagar un porcentaje de los beneficios a un fondo fiduciario destinado a ayudar a los países en desarrollo a mejorar la conservación y el uso sostenible de sus recursos fitogenéticos. Los términos de esta contribución serán determinados en la primera reunión del Órgano Rector del Tratado.
Derechos de los agricultores
Por primera vez, un tratado jurídicamente vinculante reconoce la innovación colectiva en la que se asienta la agricultura mundial. Reconoce «la enorme contribución que los agricultores y las pequeñas comunidades de todas las regiones del mundo -y muy especialmente las de las zonas de origen de la diversidad agrícola- han hecho y continúan a hacer por la conservación y el desarrollo de los recursos fitogenéticos».
Los gobiernos deberían promover y proteger los Derechos de los Agricultores protegiendo los conocimientos locales tradicionales, dando a los trabajadores del campo el derecho a participar en las decisiones nacionales relativas a los recursos genéticos de las plantas y asegurando que los agricultores reciben una porción equitativa de los beneficios obtenidos de su uso.
Las colecciones más importantes de bancos de genes del mundo, que contienen 600 000 muestras bajo custodia del Grupo Consultivo de Investigación Agrícola Internacional (CGIAR), pasarán a ser reguladas mediante el Tratado Internacional.
La estrategia de financiación del Tratado prevé la movilización de recursos financieros para proyectos fitogenéticos y programas para ayudar a los agricultores, especialmente aquellos en países en desarrollo y en transición.
Un importante elemento de la estrategia de financiación del Tratado será el Global Crop Diversity Trust, un fondo internacional para la conservación de la diversidad agrícola.
El Fondo establecerá una dotación que servirá a dar apoyo a los países en desarrollo para la formación de recursos humanos y conservación de los bancos de genes. Los bancos de genes del CGIAR también recibirán apoyo para su conservación a largo plazo.
La dotación que ha sido fijada en 260 millones de dólares; hasta el momento ya han sido depositados, 45 millones de dólares. La donación ha sido efectuada por la FAO y por el Instituto Internacional de los Recursos Genéticos de las Plantas, a favor de los centros del CGIAR.
FAO