Francia, Alemania y España formaron ayer en el Consejo de Agricultura un polo en torno al cual puede formarse una mayoría que suavice los planes del comisario europeo Franz Fischler para reformar la Política Agraria Común (PAC).
Los ministros de estos tres países defendieron, en sus respectivos encuentros bilaterales con el comisario, una línea común basada en admitir una desvinculación sólo parcial entre ayudas a los agricultores y producción, y en rechazar PUBLICIDAD
la reducción de hasta el 19 por ciento en el volumen global de las subvenciones que plantea el austriaco.
Las tres delegaciones se mostraron confiadas en que sus propuestas obtengan la mayoría cualificada de votos que precisa la reforma.
Según sus cálculos, sólo Reino Unido, Holanda, Dinamarca y Suecia -grupo que no alcanza a formar una minoria de bloqueo- preferiría las propuestas iniciales.
Por ello, el ministro español Miguel Arias Cañete, consideró que Fischler «tiene que dar en este momento pasos sustanciales» y suavizar los términos de la reforma «en la búsqueda de un compromiso».
Estos dos últimos días, los ministros de Francia y Alemania escenificaron, en sendas entrevistas bilaterales con el Fischler, su entente para desbloquear la reforma. A última hora de ayer, la ministra alemana, Renate Kunast, hasta ahora partidaria del comisario, daba un giro radical y se hacía defensora de posiciones propias de los socios más inmovilistas, como la oposición a la degresividad o la negativa a rebajar los precios de intervención de leche y cereal.
Ayer por la tarde, su colega francés, Hervé Gaymard, uno de los más beligerantes contra los planes del comisario, hacía el movimiento contrario y acataba por primera vez la posibilidad de desvincular ayudas y subvenciones a la producción.
Gaymard precisó no obstante que este desacoplamiento sólo podría ser parcial. Según sus propuestas, del 60 por ciento en los cultivos herbáceos -los más extendidos- y del cien por cien en una de las seis primas del vacuno -la del vacuno macho-, pero con múltiples excepciones en otros campos.
Posteriormente, Arias Cañete defendió ante el comisario una posición muy cercana a la de sus colegas de Berlín y París, hasta tal punto que, en declaraciones a la prensa, llegó a hablar de una posición «hispano-franco-alemana».
El ministro español apostó por que este eje reúna la mayoría necesaria para acordar una reforma cercana a los intereses españoles y pidió por ello a la Comisión que reelabore sus propuesta para adaptarlas a esta corriente.
En principio, sólo Reino Unido, Holanda, Dinamarca y Países Bajos optarían por los planes iniciales de la Comisión, pero, si Fischler cede, no podrían impedir que el resto impusiese su mayoría cualificada. Para ello, sería casi obligatorio que estos cuatro países contasen con el apoyo del único grande no alineado, Italia.
Pero el ministro transalpino, Giovanni Alemanno, dijo ayer «poder convivir» con los planes franco alemanes.
En tono conciliador, Arias Cañete recordó que un acuerdo final en la línea de lo defendido por Berlín, París y Madrid, no podría considerarse un fracaso de Fischler, dado que implicaría un desacoplamiento de las ayudas que aunque parcial «era impensable hace unos meses».
Durante la cena, los ministros decidieron suspender hasta el próximo martes sus debates sobre la reforma, que en principio debían prolongarse ininterrumpidamente hasta mañana viernes, informaron fuentes del Consejo.
El objetivo de este receso es dar tiempo para que las delegaciones revisen sus respectivas posiciones y permitir al presidencia griega y a la Comisión Europea presentar nuevas propuestas de compromiso capacer de reunir un apoyo suficiente, antes de la cumbre europea de Salónica (Grecia) que comienza el jueves.
Información de Yahoo! Noticias