España logra fondos de la UE para paliar los efectos de los incendios en Extremadura

Elvira Rodríguez señaló que «esta decisión de la Comisión Europea reconoce las importantes consecuencias que supuso, para los habitantes y para la naturaleza, el incendio que se produjo en Valencia de Alcántara a primeros del mes de agosto y que arrasó unas 14.000 hectáreas».

Estos fondos, solicitados por el Gobierno español en septiembre de 2003, han sido tramitados ante la Unión Europea por la Dirección General de Fondos Comunitarios del Ministerio de Hacienda. La asignación económica la realiza el Comisariado de Política Regional de la UE, área de la que dependen este tipo de fondos comunitarios.

La ministra aseguró: «Hemos trabajado de forma conjunta, desde los Ministerios de Medio Ambiente y Hacienda, para conseguir una parte del Fondo de Solidaridad aportando todos los datos que han sido necesarios para demostrar la excepcionalidad de este siniestro y, también, para recordar a nuestros socios comunitarios que los incendios forestales tienen siempre consecuencias nefastas desde el punto de vista social, económico y ambiental».

Según la normativa vigente, las ayudas se conceden a los países miembros que demuestren que en su territorio se ha producido una catástrofe de origen natural, que es extraordinaria, y que el daño afecta de una manera destacada a las condiciones de vida de los habitantes de la zona.

En este caso, la Comisión Europea ha tenido en cuenta la situación excepcional de este incendio que se produjo en la frontera con Portugal y que se inició por extensión de la catástrofe que sufría el país vecino. Portugal vivió el pasado verano un alto índice de incendios forestales que afectaron a una parte considerable de su territorio. Otros países europeos que también sufrieron incendios no han recibido esta ayuda comunitaria.



Un incendio de 14.000 hectáreas

De todos los incendios que se produjeron en España durante 2003, el que supuso una mayor afección del territorio es el de Valencia de Alcántara. El incendio se inició en día 1 de agosto y se dio por controlado cinco días después, con una superficie recorrida por el fuego de aproximadamente 14.000 hectáreas.

Para reforzar los trabajos de extinción de este gran incendio, el Ministerio de Medio Ambiente desplazó a Valencia de Alcántara, 10 medios aéreos que realizaron más de 76 horas de vuelo efectivo y descargaron 670.000 litros de agua.

De estos medios aéreos, cinco eran aviones anfibios, con capacidad de carga de 5.500 litros de agua. Para control y dirección de los trabajos de extinción se enviaron tres aviones de coordinación y observación ACO, que están equipados con un sistema de transmisión de fotografías digitales mediante telefonía móvil GPRS y de video continúo a través de microondas, tanto en espectro visible como infrarrojo.Por último, dos helicópteros de gran capacidad transportaron a Valencia de Alcántara un equipo BRIF que está compuesto por 17 especialistas de élite, entrenados para trabajar en máximas condiciones de riesgo, por lo que su eficacia en la extinción es muy alta.



MMA

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