Especies de profundidad son objetivo comercial debido a la escasez de las pesquerías tradicionales

Desde peces reloj de más de 150 años a tiburones de profundidad de 80, pasando por besugos hermafroditas o animales bioluminiscentes, muchas especies de las profundidades marinas han pasado a ser objetivo de la pesca comercial. Oceana, organización internacional dedicada a la investigación para la protección y recuperación de los mares, advierte que en tan sólo 15 años de pesca, muchas de las poblaciones de peces de profundidad han sido sobreexplotadas o incluso agotadas.





Oceana ha presentado ante los ministros de Pesca de la UE su propuesta sobre cuotas pesqueras para especies de profundidad. El próximo miércoles día 15 se reúne en Bruselas la Comisión de Representantes Permanentes de la UE (COREPER), para empezar a debatir las cuotas pesqueras para las flotas europeas el próximo año y que se aprobarán en el Consejo de Ministros de Pesca de los días 21 y 22 de diciembre.





Especies como el pez reloj, la maruca azul o el brosmio podrían haber perdido más del 80 por 100 de sus efectivos en algunas de sus poblaciones, explica Oceana. Otras especies de profundidad objetivo de la pesca comercial son el pejerrey, el sable negro, la brótola, el granadero, o el fletán negro. En 2003, las flotas de Noruega (46.580 toneladas), Islandia (31.789) , Faroes (15.354), Francia (14.389) y España (10.130), fueron las cinco primeras en número de capturas, segun datos preliminares del ICES (Consejo Internacional para la Exploración del Mar).





“Al tratarse de especies muy longevas, con baja tasa reproductiva y con una tardía maduración, la vulnerabilidad de muchas de ellas es extrema. Casi todas estas especies no empezaron a ser comercializadas hasta que la mayoría de los peces habituales en las capturas de las flotas europeas empezaron a escasear”, explica Ricardo Aguilar, Director de Investigación y Proyectos de Oceana.





También ha pedido la protección urgente de los ecosistemas vulnerables de los fondos marinos, como los arrecifes de corales de profundidad.





Para hacerse una idea del estado de estos stocks, para 2005 se propone una cuota total de 45.000 toneladas de especies de profundidad, es decir, reducciones que van entre el 30 y el 70 por 100 en muchas de las especies.





“Por primera vez la Comisión propone unas cuotas de pesca más acordes con los estados de los stocks y aplicando el principio de precaución, pero las discusiones que los representantes políticos tienen en el Consejo de Pesca de diciembre y en las reuniones previas suelen hacer que las cuotas finales que se otorguen sean diferentes y muy alejadas de lo que debería ser una pesca responsable y adecuada a los recursos”, afirma Xavier Pastor, Director de Oceana para Europa.





La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera que para que una especie o población animal sea catalogada como “en peligro” debe haber sufrido un descenso de más del 50 por 100 en sólo tres generaciones. En el caso de algunos peces de profundidad, que pueden superar los 150 años de edad, los descensos sufridos han sido de mucho más de este porcentaje en menos de una generación.





Hay que tener en cuenta que en numerosos casos, los peces nacidos cuando empezaron muchas de estas pesquerías todavía no han llegado a ser adultos.





Muchas de las capturas de alfonsinos o besugos americanos, otra especie que llega a vivir a más de 800 metros de profundidad, se realizan sobre corales, por lo que su pesquería ponen en peligro un hábitat que puede dar cobijo a cientos de especies diferentes.





En el caso de los tiburones de profundidad, muchos son ovovivíparos, es decir que la madre mantiene los huevos en su cuerpo hasta que nace el nuevo tiburón, lo que hace que al capturarlos se eliminen de una sola vez dos generaciones. La mielga, el tiburón con la gestación más larga conocida sólo tiene entre dos y cinco crías tras una gestación de dos años y su población ha disminuido más de un 85 por 100.

OCEANA

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