Recalcó que España promovió en 2005 el plan de recuperación para el atún rojo adoptado por la Comisión Internacional para la Conservación de los Atunes del Atlántico (ICCAT) para evitar el «colapso» de la pesquería y «siempre» apoyándose en los dictámenes científicos.
«Primero basémonos en esos informes y respetemos el valor de organismos internacionales como ICCAT«, dijo la ministra para después precisar que el plan de recuperación prevé «mecanismos más duros», en referencia a la prohibición del comercio internacional, y que deberán aplicarse si «no se tienen los resultados esperados». De lo contrario, advirtió, no se podrá asegurar la pesca de atún rojo «dentro de unos años».
La Unión Europea debe fijar su posición formal de cara a la reunión de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) que tendrá lugar entre el 13 y el 25 de marzo en Doha (Qatar) y en la que se discutirá si incluir este recurso en el Anejo I de especies protegidas, lo que en la práctica se traduciría en el veto a su comercialización.
La comisaria de Pesca, Maria Damanaki, y su colega de Medio Ambiente, Janez Potocnik, anunciaron este lunes que pedirán a los 27 que apoyen el veto a la venta internacional de este túnido. Una prohibición condicionada a que los informes científicos de la Comisión Internacional para la Conservación de los Atunes del Atlántico (ICCAT) avalen en noviembre esta medida y a que haya excepciones para la pesca artesanal.
El país con una mayor cuota de pesca de atún rojo en la UE es España, cuya flota tiene derecho a capturar 2.526 toneladas de este recurso en 2010, y le siguen Francia e Italia. La flota comunitaria tiene una cuota total para este año de 7.104 toneladas, y el 80% de sus capturas se destinan a la exportación.
El atún rojo es un recurso de gran valor comercial en mercados como el japonés, pero que se encuentra en una situación crítica por el exceso de pesca. Se captura principalmente en el Atlántico y en el Mediterráneo.
Europa Press