Viven Godfrey, expuso que en Estados Unidos la ley obliga a todas las industrias lácteas del país a aportar cierta cantidad por litro para financiar la promoción. De esta forma, el país ha llegado a contar, en solo un año, con cerca de cien millones de dólares para acciones promocionales, lo que le convierte en líder también del fomento del consumo lácteo.
Estados Unidos venía advirtiendo una disminución en el consumo diario de leche entre el público infantil y juvenil, llegando a peligrar hábitos como el de un correcto desayuno. Lo que motivó el primer desafío, empezando por reforzar en los niños la idea de la leche como «alimento delicioso y divertido”, con publicidad protagonizada por personajes con los que ese público se identifica o admira. Así, actores y actrices, deportistas de élite y hasta diseñadores de moda mancharon de leche su labio superior, en una imagen repetida que ha acabado por convertir el bigote blanco del programa Got Milk en uno de los iconos de la publicidad americana.
En los últimos años, ante el aumento de la población hispana, las campañas no se dirigen ya sólo a los angloamericanos, sino también a esos nuevos consumidores, con anuncios en español para las familias y especialmente las madres hispanas. Y, llegando a unos y a otros, el lema “Building strong families” identifica leche, fuerza y familia.
Por su parte, Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL), advirtió del descenso que sufre en los últimos años el consumo de leche debido, entre otros motivos, a una imagen distorsionada sobre sus propiedades saludables. De esta manera, desde FENIL se creó una campaña para cubrir las necesidades de todo el sector lácteo, atajando la continua erosión del consumo.
Así nació el Plan de Nutrición, Salud y Comunicación de Productos Lácteos, desarrollado con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y la Unión Europea. Esta iniciativa de FeNIL tiene varias fases: la primera, orientada a restablecer la confianza en las cualidades saludables y nutricionales de la leche entre los médicos de atención primaria y pediatras, mediante publicaciones como el “Libro blanco de los lácteos”. La segunda, con acciones dirigidas al público general, reforzando la idea de que “los lácteos son buenos”. Y la tercera, construyendo una base sólida en la mente de los consumidores sobre la gran variedad de productos existentes.
Diferentes campañas, que cubren todos los subsectores, con una página web y spots bajo el eslogan “lácteos insustituibles”, cuñas, juegos y concursos distribuidos por toda España han conseguido notable éxito en la promoción de estos productos que llevan la leche por bandera.
Tomás Pascual