Según la Unión de Cooperativas Agrarias de Castilla-La Mancha (UCAMAN), la cosecha de cereales de otoño-invierno 2003 en Castilla-La Mancha se ha visto reducida, en al menos un 11%, en el último tramo de la primavera a causa del golpe de calor que las altas temperaturas de junio han provocado. Si bien es cierto que existían zonas afectadas por heladas de este invierno, la cosecha se preveía sensiblemente superior a los inicios de la primavera recientemente terminada, pero las altas temperaturas de junio han “arrebatado” muchas parcelas, sobre todo las de las siembras más tardías (aunque este dato es variable por zonas).
Así UCAMAN prevé una cosecha de cereales de otoño-invierno (trigo blando, trigo duro, cebada 6 carreras, cebada 2 carreras y avena) en 2003 de 3.302.500 toneladas frente a los 3.720.300 toneladas producidas en el año 2002 – lo que supone un descenso de la cosecha de cereales de un 11.23% – . Por cultivos, la reducción en la producción de trigo se estima que ha sido de un 8.43% frente a la cosecha de trigo de 2002, y en el caso de la cebada la reducción se ha situado en un 12.72%. La avena también reduce su producción, pero en una cuantía inferior.
Producción por provincias
Así, la producción por provincias se estima en 660.075 toneladas en Cuenca, sumando el trigo, la cebada y la avena; de 506.685 toneladas en Guadalajara; de 568.611 toneladas en Ciudad Real; de 937.500 en la provincia de Cuenca y de 629.662 en la provincia de Toledo. La provincia que más sostiene su producción frente a la campaña pasada es Cuenca, en la que los calores han afectado en menor medida a los cultivos.
Desde este momento sólo queda esperar que se desarrolle completamente la cosecha, ya avanzada en provincias como Ciudad Real, Toledo y Albacete sobre todo en lo que respecta a cebadas, y más atrasada en Cuenca y Guadalajara. Estas estimaciones lógicamente deben ser revisadas conforme pasen las dos próximas semanas y se conozcan las cosechas efectivas, especialmente en lo que respecta a los regadíos, en los que no se conoce aún concretamente la influencia del golpe de calor de finales de primavera.
Ucaman