Evolución del mercado de la tierra en Francia en 2002

La Federación Nacional de Sociétés d’Aménagement Foncier et d’Etablissement Rural (SAFER), que interviene desde hace cuarenta años en la gestión del espacio rural (derecho de retracto en compraventa de fincas, mantenimiento de una reserva de tierras agrícolas, apoyo a la instalación, concentración parcelaria, asesoramiento a las colectividades locales, etc.) ha publicadol los datos correspondientes al conjunto del mercado inmobiliario rural en 2002, que alcanzó la cifra de 10,5 millardos de euros (10,5 mil M€), y una superficie de 575.100 hectáreas, de las que 403.000 hectáreas han sido explotaciones agrícolas o ganaderas, cuyo valor ascendió a 3,23 millardos de euros (8.015 euros / hectárea).

El número de transacciones financieras agrícolas registradas en el año 2002 fue de 95.000, superior en el 1,3% al del año anterior, al igual que la superficie objeto de intercambio, también un 3,5% superior, y el valor de ésta que creció el 14,9%. En 2001, el número de transacciones y la superficie habían descendido el 4,5% y el 3,7%, respectivamente, mientras que el valor había tenido el crecimiento más bajo desde 1993, con un 4,7% de alza. Las transacciones de explotaciones con edificaciones incorporadas han sido 12.000, afectan a 122.000 hectáreas y su valor ha sido de 1,74 millardos de euros, lo que representa una media de 10,2 hectáreas por un valor, también medio, de 145.000 euros, un 12% superior al de 2001, en que la superficie media había sido de 10,4 hectáreas. Se han vendido 281.000 hectáreas sin ninguna construcción, a través de 83.000 operaciones, cuyo valor alcanzó la cifra de 1,5 millardos de euros, con una media de 3,38 hectáreas por parcela, a un valor medio de 18.000 euros. En 2001 estas cifras fueron de 3,26 hectáreas y 16.000 euros.

El ligero incremento del número de operaciones entre 2002 y 2001 se debe sobre todo, al de parcelas sin edificación (+3%), pues el de las que disponen de construcciones sólo aumentó el 1%, mientras que para las superficies objeto de transacción los incrementos son del 4,8% y del 0,7%, respectivamente. El valor aumentó en porcentajes similares en ambos casos, 14,9% y 15,1%. En cuanto al perfil de los vendedores de las fincas, un 54 % de las ventas ha sido realizado por no agricultores, afectando al 45% de la superficie total y al 47% del valor. Las ventas realizadas por agricultores sólo representan el 24% del número total, el 33% de la superficie y el 32% del valor.
En 1993, los agricultores habían realizado el 31% de las transacciones, con el 41% de la superficie y del valor. Esta disminución hay que achacarla a la disminución de la propiedad rústica por parte de los agricultores directos. En el resto de las transacciones, que afecta al 22% de la superficie, los vendedores han sido coherederos pro indiviso. Los agricultores de la propia región han sido los adquirentes de 127.000 hectáreas (+3,6% con respecto a 2001), es decir, el 32% de la superficie total. Los agricultores de otros lugares han comprado 150.000 hectáreas, el 37% de la superficie total objeto de intercambio, mientras que los no agricultores, en alza del 9% sobre 2001, han adquirido el 31% de la superficie (126.000 ha).

La Federación de las SAFER muestra su preocupación ante el incremento de los precios de la tierra, derivado, en buena medida, de un proceso de urbanización incontrolado, mientras descienden las rentas agrarias. Casi 11.000 comunas son hoy peri urbanas y el número de edificaciones agrícolas que se convierten en primera o segunda vivienda crece cada año y conduce a que, para ir a vivir al medio rural, se precisen 130.000 euros, por término medio, y que la presión del hábitat urbano afecte tanto a las comunas urbanas como a las rurales aisladas. Cada año, 60.000 hectáreas dejan de ser agrícolas y su precio medio se dispara a 44.000 euros. Esta modificación del territorio, que deberá afrontarse en el debate de la Ley Rural que se encuentra en la Asamblea Nacional, está causando serios problemas para desarrollar la actividad agraria en amplias zonas y dificultando gravemente la instalación de jóvenes agricultores

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