Expertos demuestran la incidencia de hormigas autóctonas en el incremento de las plagas en cítricos

Aphytis necesita alimentarse de sustancias dulces para sobrevivir, y en este caso esa sustancia es la melaza. La presencia de las hormigas, que también se alimentan de la melaza, puede suponer una barrera para el parásito, que es incapaz de alimentarse, lo que provocaría una reducción en su población, no pudiendo atacar así al piojo rojo”, apunta García Marí.

Se trata de la primera ocasión en la que investigadores constatan la incidencia directa de estas hormigas propias de la Península Ibérica en los daños producidos por el piojo rojo de California a la cosecha de los cítricos. «Ya se sabía, por ejemplo, el daño provocado por la Hormiga Argentina en la producción citrícola en lugares como California pero hasta ahora nadie había demostrado la influencia en los daños por piojo rojo de California en nuestros cítricos de nuestras especies autóctonas de hormigas”, añade García Marí.

Para desarrollar su estudio, los investigadores del IAM seleccionaron 64 árboles en los que impidieron, mediante una barrera pegajosa en el tronco, que las hormigas subieran a los mismos. Mientras, otros 64 árboles sin barrera actuaron como testigo.

Durante dos años, los expertos de la UPV midieron y compararon la población de hormigas, de piojo rojo de California y de parasitoides en los árboles donde habían excluido las hormigas y en los árboles no alterados donde las hormigas podían subir libremente. “En cada árbol medíamos la actividad de las hormigas por el número que pasaban por una línea horizontal imaginaria del tronco durante un tiempo fijo (dos minutos). La abundancia de piojo rojo la medíamos por el porcentaje de frutos atacados por el insecto”, apunta Ferran Garcia Marí.

El investigador del IAM explica además que el efecto negativo de las hormigas no solo se apreciaba al comparar el grupo de árboles con y sin hormigas -“donde se veía que había más piojo rojo de California en los árboles con hormigas”- sino también dentro del grupo de árboles con hormigas había una relación positiva entre la actividad de las hormigas y la abundancia del piojo rojo de California en cada árbol.

Durante su estudio, los investigadores del IAM observaron también como había varias especies de hormigas nativas, y dos de ellas, las dos más abundantes, Lasius grandis y Pheidole pallidula, eran mutuamente excluyentes, “de forma que las dos estaban en la misma parcela, pero a un árbol concreto subía siempre solo una de las dos especies, nunca compartían el mismo árbol”, concluye García Marí.

UPV

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