FADEMUR presenta un estudio sobre la protección social de la mujeres agricultoras y ganaderas

Nota de FADEMUR
La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales –FADEMUR- organización vinculada a UPA y que representa a asociaciones de mujeres del medio rural de toda España, ha presentado el estudio “Eficacia del sistema de protección social relacionado con la igualdad de género en el sector agrario y la cotitularidad de las explotaciones”. El estudio se ha realizado en las comunidades de Galicia, Castilla y León, Cantabria, Andalucía, Castilla la Mancha, Murcia, Extremadura y Aragón, a través de reuniones con las asociaciones y de un completo cuestionario para mujeres que trabajan en el sector agrario.

El objetivo de FADEMUR ha sido poder proporcionar a través de un trabajo de investigación con perspectiva de género, más información y datos a las investigaciones en el campo de la protección social, analizando la realidad jurídica, económica, demográfica y sociológica de las mujeres que trabajan en el sector agrario en relación a la entrada en vigor desde el 1 de abril de 2006, de una disposición sobre “Reducción de cuotas a favor de los cotitulares de explotaciones agrarias”.

El estudio deja patente que la protección social de las mujeres rurales, empresarias, coempresarias, cónyuges colaboradoras o bajo la figura de autónomas, es claramente insuficiente. El fenómeno llamado “mano de obra invisible” sigue existiendo en gran medida, y ello da lugar a situaciones inaceptables para las mujeres no solo en el ámbito privado sino también en el económico y social.

Para la presidenta de FADEMUR, Teresa López “es fundamental concienciar a las mujeres rurales sobre la importancia de que tengan derechos propios en el sistema de protección social, que tengan acceso a una profesión en la que se sientan realizadas y puedan ejercerla en condiciones socioeconómicas favorables y con acceso a formación permanente. Para las mujeres el hecho de trabajar en familia ha tenido consecuencias sumamente negativas: realizan un trabajo fundamental para la buena marcha de la explotación, pero los beneficios obtenidos se diluyen en una bolsa común, donde es titular el cabeza de familia. Las mujeres no cuentan con identidad profesional, son consideradas “ayuda” y sólo se les reconocen derechos derivados de ser “esposa de”.

No es hasta la firma del acuerdo entre las Organizaciones Profesionales Agrarias y la Secretaría de Estado de la Seguridad Social, en octubre de 2005, cuando se avanza significativamente en el reconocimiento del trabajo que desempeñan las mujeres, aprobándose una bonificación para incorporarse a la Seguridad Social del 30 por ciento durante 3 años, para los cónyuges menores de 40 años que trabajen en la explotación familiar. El estudio deja claro que los motivos por los que las mujeres no cotizan son principalmente económicos (porque los ingresos de la explotación no son suficientes para afrontar el pago de dos cupones íntegros), aunque también hay muchos casos donde las necesidades de las mujeres se siguen considerando subsidiarias y su trabajo real como “ayuda familiar”. El estudio revela que dos terceras partes de las encuestadas no estaban cotizando a la Seguridad Social, a pesar de que un 62 por ciento tienen jornadas laborales de más de 60 horas semanales entre el trabajo de la explotación y el doméstico. Las mujeres desempeñan por ello una sobreactividad que equivale al 36 por ciento de un trabajo normal. Un 50 por ciento de la muestra dedica unas 30 horas semanas a la actividad agrícola, ganadera o de gestión, y casi un 37 por ciento dedican entre 35 y 45 horas semanales. Las mujeres no obtienen por todo este trabajo ninguna remuneración económica ni generan derechos sociales propios.

El 76,3 por ciento de las mujeres encuestadas valoran muy positivamente la medida que bonifica las nuevas incorporaciones, aunque creen que ésta es insuficiente. El 86 por ciento de las que consideran el porcentaje, lo incrementarían hasta un 40 – 50 por ciento; un 31 por ciento de la muestra consideraría un periodo de bonificación de 5 años como “ideal” para darse de alta y un 78 por ciento consideraría adecuado que llegara al tramo entre los 45 y 50 años para que la medida las resultara más atractiva.

Desde FADEMUR creemos que se ha realizado un reconocimiento histórico jurídico y social de las mujeres que tradicionalmente trabajan en la explotación agraria de una forma invisible. Por primera vez se hace un esfuerzo real porque las mujeres se incorporen como trabajadoras de pleno derecho a la actividad agraria, reconociendo la cotitularidad en la Seguridad Social y el trabajo de los dos cónyuges con los mismos derechos y los mismos deberes.

FADEMUR seguirá trabajando para conseguir que la medida aprobada pueda mejorarse en cuanto al porcentaje de bonificación así como en el tramo de edad cubierto. Si la reducción de cuotas llegara hasta los 45 años la medida podría afectar a casi 130.000 mujeres en toda España que hasta ahora son consideradas como “ayuda familiar”.

FADEMUR

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