Más de 430.000 agricultores de las montañas de Hazarajat – una de las regiones más pobres de Afganistán – recibirán ayuda durante los próximos cuatro años gracias a un vasto proyecto de desarrollo, informó hoy en un comunicado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
El Reino Unido acaba de aprobar un proyecto por valor de 6 millones de dólares que será gestionado por la FAO y cuyo objetivo es reducir el hambre y la malnutrición en las montañas de Hazarajat oriental, mejorar la producción agraria, generar oportunidades de ingresos y construir o reforzar las instituciones públicas en el ámbito comunitario, de distrito y provincial.
La lucha por la supervivencia diaria
Hazarajat Oriental abarca las montañas del noroeste y el este de Kabul. Comprende la entera provincia de Bamiyan y las zonas de alta montaña de Wardak, Ghazni, Uruzgan y Ghor.
Sus habitantes viven entre los 2000 y los 3200 metros de altitud, mientras los agostaderos y pastizales se encuentran a una altitud superior, más de 4000 metros. Allí la vida es una lucha continua.
Los Hazaras son uno de los grupos étnicos de Afganistán al que pertenece alrededor del 9 por ciento de la población. Durante más de un siglo han sido discriminados y marginados, una situación que se ha agravado durante los conflictos civiles y la grave sequía que han sufrido recientemente. Más del 80 por ciento de la población vive por debajo de la línea de pobreza.
Hazarajat Oriental no era tradicionalmente zona de cultivo de amapolas. Sin embargo, hay datos que indican que se están empezando a cultivar, sobre todo en los valles más bajos.
Los traficantes de opio, atraídos por los precios altos que alcanza en el mercado y la erradicación en las zonas más abiertas de Helmand y Kandahar, extienden ahora su influencia hacia las zonas montañosas más alejadas. La región de Hazarajat facilita también mano de obra para la cosecha de amapolas en otras zonas.
«El desarrollo de medios de subsistencia alternativos supone un contrapeso notable a la difusión de la economía basada en la droga», declaró Serge Verniau, representante de la FAO en Afganistán.
Mejorar las condiciones de vida
Los habitantes de Hazarajat dependen casi exclusivamente de la agricultura para su supervivencia. Sus condiciones de vida progresarían significativamente con unos cultivos y una producción agropecuaria mejores. Se podrían introducir variedades de trigo de mayor rendimiento y resistencia, patatas y legumbres así como frutas y frutos secos.
La producción de cultivos comerciales, como patatas y verduras, junto con métodos más eficaces de protección y almacenamiento de alimentos perecederos, mejoraría también el bienestar de la población, observó la FAO.
También se necesita mejorar las carreteras rurales para que los agricultores puedan llegar a los mercados y reducir así los costes de transporte. En el invierno, las zonas de paso se bloquean con la nieve y en primavera, con el deshielo, las lluvias y el fango, las montañas son prácticamente impracticables.
Repetir el éxito de las agrupaciones de agricultores
«El objetivo primordial del proyecto del Reino Unido y FAO es ayudar a las comunidades locales a desarrollar las herramientas para resolver sus propios problemas», subrayó Serge Verniau.
Este objetivo se llevará a cabo principalmente mediante organizaciones de agricultores. La educación y formación de estos grupos será una de las herramientas principales para el desarrollo de los recursos humanos de las comunidades rurales. Así los campesinos podrán tomar decisiones fundamentadas.
Las agrupaciones de agricultores han funcionado satisfactoriamente en Afganistán, especialmente en los proyectos de la FAO sobre producción nacional de semillas y cría de aves a cargo de las mujeres. El organismo de las Naciones Unidas trasladará ahora esas experiencias positivas a la región de Hazarajat oriental.
Las mujeres serán protagonistas de una serie de actividades particulares. Su situación es muy difícil, tienen un acceso limitado a la educación y el índice de analfabetismo es muy alto (más del 95 por ciento). Se encargan de buena parte de las tareas que requieren un coeficiente elevado de mano de obra como la recogida de aguas, de forraje y de combustible forestal.
Por último, el proyecto fomentará las asociaciones locales de base entre familias campesinas, representantes del gobierno encargados de la administración local, organizaciones no gubernamentales y el sector privado, en particular con los proveedores de insumos agrícolas y los encargados del transporte y la comercialización.
En Afganistán, la FAO juega un papel de primer plano prestando asistencia a los agricultores con proyectos de multiplicación y distribución de semillas, de producción animal y servicios sanitarios, de producción lechera y de comercialización así como de cría de aves, centrados en las mujeres, y de rehabilitación de los sistemas de riego.
Cientos de miles de agricultores se han beneficiado de estos proyectos. Por ejemplo, en los últimos diez años, la FAO ha incrementado la capacidad del sistema nacional de semillas que ha pasado de 300 a más de 10.000 toneladas de semillas de calidad por año.
FAO