Los agricultores de Afganistán están a punto de recoger la cosecha más abundante de trigo de las dos últimas décadas, ha declarado Serge Verniau, Representante de la FAO en Kabul.
«Es un resultado alentador, teniendo en cuenta que el país se ha visto muy afectado por los conflictos armados y por una sequía que ha durado cuatro años», afirma Verneau en un comunicado publicado hoy. «Esperamos que la cosecha supere los cuatro millones de toneladas, aunque Afganistán necesitará importar todavía alrededor de un millón más de toneladas».
En breve, se publicará un informe elaborado por la FAO y el Programa Mundial de Alimentos con información más detallada.
La situación de los cultivos ha mejorado con las lluvias favorables, el mejor acceso a las semillas y fertilizantes y la situación de seguridad más estable.
La agricultura debe ser una prioridad
«Creo que las actividades de emergencia de la FAO, como la distribución de semillas, fertilizantes y aperos de labranza y el control satisfactorio de brotes potenciales de plagas de langostas en el norte, han contribuido a este resultado», agrega Verniau.
Alrededor del 85 por ciento de la población afgana depende de la agricultura. La agricultura debe ser una prioridad fundamental por lo que respecta a la financiación y a la ayuda política. «Desgraciadamente, algunos actores claves todavía no se han dado cuenta que el futuro de Afganistán depende en gran parte del desarrollo del sector agrario», observa Verniau.
Dietas inadecuadas
La subnutrición crónica y los desórdenes de deficiencia de micronutrientes constituyen un grave problema en el país. Los más afectados son los niños pequeños, las mujeres, los refugiados y los habitantes de las zonas montañosas aisladas.
«Las dietas de buena parte de la población son desequilibradas», dice Verniau. «Les falta energía pero sobre todo variedad. Carecen de micronutrientes como la vitamina A, el hierro y el yodo. Hay también bolsas de escorbuto debido a la carencia de vitamina C que afecta a los habitantes de las montañas del norte en los meses invernales».
La pobreza es todavía difusa y las personas no tienen acceso a una dieta nutritiva o simplemente no pueden permitírsela. A menudo consumen solamente pan y té, cantidades limitadas de leche y yogur y algunas legumbres. El consumo de fruta, verduras y carnes es muy bajo. La población no está hambrienta pero la dieta no es lo suficientemente rica para que los niños crezcan y se desarrollen mental y físicamente, ni para que los adultos sean productivos.
Las enfermedades del ganado siguen siendo una amenaza
La situación de los ganaderos afganos no ha mejorado. Los brotes de enfermedades del ganado como la fiebre aftosa o la peste de los pequeños rumiantes son numerosos y representan una grave amenaza para los países vecinos, recuerda la FAO.
«Está claro que sin una sólida estrategia de salud animal controlada por los ganaderos y los organismos agropecuarios la producción seguirá siendo escasa y expuesta a las enfermedades. La FAO llevará a cabo una campaña de vacunación en zonas seleccionadas para tener bajo control los brotes», afirma Verniau.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha emprendido también un censo del ganado en todo el país para tener un panorama claro de cuántos animales domésticos han quedado tras el conflicto y de cuáles son las condiciones de producción de los ganaderos. Es el primer censo efectuado desde hace muchos años.
Alternativas a las papaveráceas
La producción de papaveráceas ha aumentado por lo menos un 20 por ciento respecto a la del año anterior, ha declarado el jefe de la Oficina de la FAO en Kabul. Hay posibilidades de introducir alternativas a la producción de amapolas, como la rehabilitación de viveros de árboles frutales y de la producción de semillas de hortalizas.
«El país podría, por ejemplo, intentar hacerse con franjas de mercado en sectores como el de la producción orgánica y hortícola. Sin embargo, no existe una solución inmediata al problema. La producción de adormideras ofrece ingresos y oportunidades de empleo. Será necesario tiempo para construir alternativas creíbles. Además, hay que crear las condiciones para la aplicación de la ley y de los controles.
La FAO recuerda que ha recibido nuevas promesas de ayuda de los donantes pero que se enfrenta todavía a una carencia de fondos de 10 a 15 millones de dólares para llevar a cabo un programa general de rehabilitación de la agricultura en los meses próximos. La Comisión Europea, USAID (Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos), Alemania, Países Bajos, Italia y Reino Unido son los donantes principales.
FAO