Nota de la FAO
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) advirte sobre el riesgo de que se propague un nuevo hongo muy virulento que destruye las plantaciones de trigo.
El agente patógeno está afectando actualmente a África Oriental y a Yemen, y amenaza a Sudán.
La FAO estima que hasta un 80% de todas las variedades de trigo cultivadas en Asia y África son susceptibles de ser atacadas por esta cepa, llamada Roya. Sus esporas son transportadas en su mayor parte por el viento a través de grandes distancias, incluso de un continente a otro.
“La producción mundial de trigo podría estar en peligro si se extiende a los principales países productores”, afirmó el director general de la FAO, Jacques Diouf.
Su propagación podría aumentar los precios del trigo y provocar escasez local o regional, explicó Diouf, y aclaró que los países en desarrollo más vulnerables son los que no tienen acceso a las variedades resistentes del cultivo.
Las plagas y enfermedades transfronterizas transportadas por el viento pueden causar importantes daños a la producción agrícola. A finales de los años 80, una virulenta cepa de la roya amarilla –una enfermedad similar a la roya del tallo– surgió en África oriental y atravesó el Mar Rojo para llegar a Yemen. Desde allí avanzó hasta Oriente próximo y Asia central, para alcanzar los campos de Asia meridional en cuatro años. Se registraron importantes epidemias de la roya amarilla, con pérdidas de trigo superiores a los 1 000 millones de dólares.
Tomando como base las rutas que utiliza la langosta del desierto, la FAO no excluye que los vientos puedan transportar las esporas del hongo desde Yemen hacia el norte, a lo largo del Mar Roja hacia Egipto, o a través de la Península Arábiga hacia los países de Oriente próximo.
La FAO urgió a los países afectados y aquellos que están amenazados para que incrementen la vigilancia de la enfermedad., Yemen en especial debería de estar alerta y potenciar la vigilancia y la formación, y estar preparado para intervenciones directas contra la roya.
Las principales medidas de control en los países afectados deberían incluir la introducción de variedades de trigo más resistentes, y reducir las fechas de plantación para romper el ciclo de la enfermedad.
FAO