FAO: BENEFICIOS Y PELIGROS DE LA TECNOLOGÍA BIOLÓGICA

La tecnología biológica y los organismos modificados genéticamente (OMG) pueden servir de ayuda para aumentar las existencias, la variedad y la calidad de los productos alimentarios y reducir los costes de producción y la degradación del ambiente, mientras el mundo se enfrenta todavía con el azote del hambre y la malnutrición, ha afirmado Jacques Diouf, Director General de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), durante un discurso pronunciado hoy en Estocolmo. Los peligros para el ambiente derivados de la tecnología biológica deben sin embargo afrontarse abiertamente y la tecnología biológica no debe servir para ensanchar la brecha entre las naciones ricas y las pobres, agregó.

Jacques Diouf pronunció estas palabras en la conferencia internacional ‘Cultivos Modificados Genéticamente, ¿Por qué? ¿Por qué no?’ organizada por la Real Academia Sueca de Agricultura y Silvicultura que se celebra en Estocolmo del 14 al 15 de mayo.

«Todos nuestros esfuerzos deben estar dirigidos a garantizar que los beneficios potenciales de la tecnología biológica, con las medidas necesarias de salvaguardia de la salud y del ambiente, estén al alcance de todos, incluyendo a los pobres y a los más desafortunados», dijo Diouf. » Tampoco podemos ignorar que la seguridad alimentaria es una parte crítica e integral del proceso de investigación y desarrollo».

Diouf afirmó que todo uso de OMG debe ser plenamente estudiado y analizado caso por caso. «Mediante la evaluación completa y transparente de los usos de los OMG y el conocimiento de sus consecuencias a corto y largo plazo, se puede llegar a un debate menos encendido y más constructivo. Los científicos tienen una responsabilidad ética fundamental a este respecto», añadió. «Las evaluaciones difusamente comunicadas, minuciosas y objetivas de los beneficios y los riesgos asociados con el empleo de tecnologías genéticas deben estar a disposición de todos los interesados».

Cuando se emplean adecuadamente, la tecnología biológica y la ingeniería genética pueden contribuir a mitigar la inseguridad alimentaria y la malnutrición, afirmó Diouf. «Mas de 800 millones de personas en todo el mundo se acuestan sin cenar o se despiertan en medio del terrible sueño sin reposo de los hambrientos. Más aún, miles de niños, víctimas de la malnutrición, no vivirán para ver el final de este día».

«No podemos depender ya de incorporar superficies significativas de tierras vírgenes a la cadena de producción alimentaria y la expansión ulterior de la producción de alimentos debe proceder del aumento del rendimiento de las tierras ya cultivadas por los campesinos más pobres al igual que del de las explotaciones más grandes. Esto plantea los retos gemelos del aumento de productividad de las tierras fértiles cultivadas por campesinos ricos junto con una mejora del volumen y la variedad de cultivos alimentarios que pueden crecer en los frágiles terrenos marginales menos dotados», recalcó Diouf.

«Se reconoce ampliamente que nos encontramos en un periodo de post Revolución Verde todavía vigente y que se ha alcanzado ya el rendimiento tope de muchos cultivos alimentarios con los programas convencionales de mejoramiento», añadió. La tecnología biológica y la ingeniería genética pueden contribuir a superar este problema y a aumentar el rendimiento tope.

Diouf definió a nueva variedad denominada ‘Arroz dorado’ «quizás el descubrimiento más significativo de la ingeniería genética que incida directamente sobre la malnutrición y la inseguridad alimentaria». El ‘Arroz dorado’ es una variedad transgénica de arroz que produce vitamina A y tiene niveles de hierro elevados.

«Existe un fuerte y justificado interés para conseguir que esta planta transgénica esté a disposición de los campesinos en los países en desarrollo, especialmente para combatir las muertes prematuras y la ceguera derivadas de una carencia de vitamina A. Se calcula que unos 180 millones de personas tienen carencias de vitamina A, y que cada año mueren dos millones de ellas, cientos de niños se quedan ciegos y un número significativo de mujeres tienen anemia, una de las causas principales de fallecimiento entre las mujeres en edad de tener hijos», recordó Diouf.

El Director General de la FAO solicitó también nuevas inversiones en sistemas de investigación, y en formación y asistencia técnica para el mundo en desarrollo. «Los países en vías de desarrollo necesitan ayuda, no sólo en técnicas de laboratorio y conocimientos, para llevar a cabo las pruebas sobre el terreno de los cultivos genéticamente modificados y de los demás productos derivados de la investigación de tecnología biológica; necesitan ayuda en la política de investigaciones y materias de ordenación atinentes a la tecnología biológica y a la ingeniería genética».

En este contexto, los gobiernos y la comunidad internacional de donantes deben respaldar decididamente los sistemas nacionales de investigación sobre agricultura, afirmó Diouf. «El sector privado y en particular las grandes sociedades multinacionales de vida científica desempeñan un papel fundamental al respecto, no solo compartiendo abiertamente los resultados y productos de sus investigaciones sino además comprometiéndose en la coparticipación (investigación y formación) con los sistemas nacionales de investigación para poner los progresos de la tecnología biológica y la investigación genómica al servicio de la lucha contra la pobreza y la inseguridad alimentaria».

El Director General de la FAO subrayó que el consumidor tiene derecho a una decisión informada. «El derecho a la decisión informada deriva del concepto ético de autonomía de los individuos. El principio puede aplicarse, por ejemplo, al debate sobre el etiquetado de los alimentos derivados de OMG para garantizar que los consumidores sepan lo que van a consumir y sean capaces de tomar decisiones informadas», dijo.

«Hay muchísimos hombres y mujeres, sobre todo los más pobres y con menos poder, con poca instrucción y ninguna voz en capítulo para influenciar las decisiones sobre los OMG. Sus preocupaciones y su bienestar deben reflejarse en el debate sobre el impacto de los OMG en sus vidas y formas de sustento, y por encima de cualquier beneficio o peligro que su uso implique. Otro motivo de inquietud es que las generaciones futuras no tienen voz alguna acerca de las decisiones sobre los OMG».

«Mientras las tecnologías modificadas genéticamente ofrecen grandes oportunidades de desarrollo para un mundo donde la seguridad alimentaria sea total y verdadera, no debemos olvidar que todos nosotros – la comunidad científica, la comunidad internacional, las sociedades multinacionales de vida científica y la comunidad de donantes junto con los gobiernos nacionales – tenemos una responsabilidad fundamental para garantizar que los países en vías de desarrollo puedan compartir estos excitantes descubrimientos que la ciencia ofrece de forma segura para su población y para el ambiente», subrayó Diouf. «Para ello es necesario una participación más abierta, integrada y colaboradora de todos cuantos están implicados en la agricultura y la producción de alimentos de los países en desarrollo».

FAO

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