FAO: Buscando el menor impacto sobre el suelo

Nota FAO
La agricultura de conservación es muy prometedora para los campesinos en Africa subsahariana: permite evitar la erosión y la degradación del suelo, obtener cosechas más estables y reducir las necesidades en mano de obra y combustible, subrayó hoy la FAO al inicio del Tercer Congreso Mundial de Agricultura de Conservación que se desarrolla en Nairobi del 3 al 7 de octubre de 2005.

La reunión tiene por objetivo examinar los resultados de las experiencias recientes en Africa y otras partes del mundo y promover el debate entre los responsables a nivel de gobierno, asociaciones de campesinos, la sociedad civil, los organismos internacionales y los donantes.

Al contrario de las métodos de producción agrícolas convencionales, la agricultura de conservación afecta al suelo en la menor medida posible. En lugar de arar, los campesinos plantan sus semillas directamente sobre la tierra, que conserva su capa superficial.

«Gracias a la agricultura de conservación, los campesinos pueden producir más alimentos de forma sostenible, dedicando menos tiempo a la preparación del terreno, con menor consumo de combustible para la maquinaria y menor uso de productos químicos», aseguró Shivaji Pandey, responsable de la Dirección de sistemas de Apoyo a la Agricultura de la FAO. «Así se contribuye de forma directa a la lucha contra el hambre y la pobreza», añadió.

Los sistemas tradicionales de cultivo en Africa a menudo empobrecen el terreno: el cavar de forma intensiva con azadones y el arar daña la estructura del suelo, reduce su capacidad para retener la humedad y favorece la erosión por el viento y el agua. El agua no puede empapar el terreno y corre arrastrando la capa de tierra arable y sus nutrientes. De ese modo, muchas familias afectadas por el VIH/SIDA y la malaria no pueden cultivar suficiente terreno para producir los alimentos que necesitan.

Ventajas

La agricultura de conservación ofrece varias ventajas:

  • En lugar de arar, que requiere un uso intensivo de mano de obra, los campesinos pueden plantar sus semillas directamente sobre la tierra. Pueden emplear una simple azada, sencillas sembradoras de mano o las de tracción animal.
  • Los residuos de los cultivos mantienen el terreno cubierto, de forma que se protege el suelo de la erosión y se aporta materia orgánica, fijando el nitrógeno y ayudando a conservar la humedad. Esta cubierta también evita la aparición de malas hierbas, por lo que se requiere menos trabajo para eliminarlas.
  • En lugar de plantar un único cultivo de forma consecutiva, los campesinos pueden usar diversas variedades de forma rotativa. De esta manera se aumenta la productividad y se evita la aparición de plagas y enfermedades. El sistema se ha adaptado también a las hortalizas y los tubérculos.

Las mujeres en primera línea

La agricultura de conservación es especialmente atractiva para las mujeres, ya que reduce la cantidad de trabajo requerido para la preparación de la tierra y el desbrozo de la maleza. Para las familias afectadas por el HIV/SIDA, supone una forma de diversificar la dieta con un menor esfuerzo.

Esta técnica se emplea ya con éxito en cerca de 90 millones de hectáreas en todo el mundo, de forma particular en América del Norte y del Sur y en las plantaciones de trigo/arroz en Asia.

La agricultura de conservación ha empezado a extenderse por Africa y está siendo adoptada en países como Burkina Faso, Camerún, Chad, Eritrea, Ghana, Kenya, Lesotho, Madagascar, Malí, Mozambique, Sudáfica, Swazilandia, Tanzania, Uganda y Zambia. Muchos campesinos han doblado o incluso triplicado sus cosechas.

En Kenya y Tanzania la FAO está desarrollando un proyecto de agricultura de conservación con pequeños agricultores en ocho provincias, financiado por Alemania.

En Zambia, la agricultura de conservación ha ayudado a familias vulnerables a sobreponerse a la sequía y las enfermedades animales, y es practicada ahora por más de 200 000 campesinos. Durante la sequía de 2000/01, los agricultores que utilizaron esta técnica lograron sacar adelante una cosecha, mientras que los que siguieron las técnicas tradicionales no obtuvieron nada. En Ghana, más de 350 000 campesinos se han pasado ya a la agricultura de conservación.

FAO

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