Cuando Namibia se independizó, hace apenas 12 años, este puerto pesquero creado en pleno desierto era un pueblo fantasma. Hoy es un próspero centro de 25 000 personas, con suficientes oportunidades de empleo para que numerosos namibios puedan trabajar en los establecimientos de elaboración del pescado y en la flota pesquera.
La creación del sector pesquero namibio es un éxito por excelencia. Hoy se considera un modelo de gestión rigurosa de uno de los caladeros más ricos del mundo, todavía en recuperación de la pesca excesiva de los años 70 y 80. Pero también es una decisión del gobierno para asegurar la distribución de las primas entre el mayor número posible de ciudadanos: desde los aldeanos analfabetos, los ejecutivos de nivel medio, el nuevo grupo de inspectores de pesca y los oficiales de vigilancia, hasta los empresarios y funcionarios civiles.
Catorce mil nuevos empleos
La prueba -14 000 nuevos empleos y 354 millones de dólares EE.UU. contribuyeron a los ingresos por exportaciones en 2000- significa mucho para este pequeño país africano de 1,7 millones de habitantes. También significa mucho para las familias de los empleados namibios, cuyas remesas mantienen a aldeas enteras del norte del país, densamente poblado.
La FAO colaboró con Namibia en cada paso del trayecto proporcionando un consultor especial para el ministro de Pesca y Recursos Marítimos, quien dirige un ministerio inexistente antes de la independencia, en 1990. La colaboración de este consultor es polivalente: estructuración del ministerio, redacción de la descripción de puestos directivos, ejecución del plan maestro de pesca, redacción de leyes y seguimiento del cumplimiento de las obligaciones pesqueras internacionales por parte del país.
«Se escogió la FAO por su fiabilidad, competencia y neutralidad -afirma el Dr. Abraham Iyambo, ministro de Pesca-. Hubiéramos podido recurrir a algún gran país pesquero [para buscar un consultor], pero los países cambian de gobierno, son menos fiables. La Organización de las Naciones Unidas es permanente».
Crear una industria de la nada
Poco después de la independencia, con apoyo de Noruega, el gobierno creó un plan maestro para el sector pesquero, que abarcaba la creación de una industria nacional pesquera y de transformación del pescado. Trataba asuntos tan precisos como la gestión sostenible de la población pesquera; las preferencias en materia de empleos y propiedad comercial de los namibios, en particular de la población autóctona; seguimiento y supervisión modernos; capacidad de investigación y un perfil mundial de Namibia como país pesquero de vanguardia.
«Ya llevamos 10 años de actividades y puedo decir que lo previsto en el plan maestro, nuestra biblia, se ha realizado -afirma Paul Nichols, actual consultor cuyo salario paga el organismo noruego NORAD-. El gran éxito de la FAO consistió en asegurar que el plan se llevara a cabo».
Les Clark, asesor del ministro durante los años 90, elogia la dedicación del gobierno a la planificación a largo plazo. «Si alguien tenía motivos para buscar ganancias a corto plazo de sus reservas pesqueras después de la independencia, era Namibia -explica-. Salía de un largo periodo de guerra, su industria estaba muy subdesarrollada, el desempleo era superior al 40 por ciento y había una enorme inequidad en la sociedad. Sin embargo, escogieron el camino largo de restablecimiento de la población pesquera».
El Dr. Iyambo, doctor en ciencias marinas por la Universidad de Surrey, del Reino Unido, afirma que el gobierno acató rigurosamente el plan porque «es importante para los inversores. ¿Está seguro su dinero? No le quieres decir a la gente que hoy hay una política y mañana contar que ya cambió».
Se utilizaron incentivos fiscales para incrementar la participación namibia en el sector pesquero. «Cuantos más extranjeros sean contratados , más se gastará en honorarios «.Si bien los namibios no son marineros, hoy 7 530 de ellos trabajan en las embarcaciones pesqueras, el 65 por ciento del total de la tripulación, mientras que otros 5 000 namibios trabajan en tierra firme en los establecimientos de elaboración del pescado.
Fuerte apoyo a la reglamentación por parte de la empresa
Aunque en los últimos 20 años en muchos sectores estaba de moda la eliminación de reglamentos en todo el mundo, por ejemplo en los sectores del transporte y la energia, las empresas pesqueras de Namibia han apoyado una industria rigurosamente reglamentada, y están dispuestos a pagarlo.
«Nos conviene un sistema seguro de reglamentación -explica Appie Louw, director ejecutivo de Marco Fishing (Pty) Ltd., empresa de pesca con base en Lüderitz, que cuenta con nueve embarcaciones y 400 empleados. En algunos países la pesca no está debidamente reglamentada. Si una persona tiene permiso de pescar 100 toneladas, pesca 300. Aquí no está permitido».
«El 90 por ciento de las veces las embarcaciones zarpan sin inspectores. Hay que pagar sus salarios, lo que no nos gusta, pero mantiene la honradez de todos. Si alguien es deshonesto no se puede competir con él».
La empresa pesquera más grande de Namibia es NovaNam Ltd., cuya participación del 51 por ciento pertenece a instituciones financieras de Namibia, a inversionistas privados del país y al personal de la empresa, y tiene actividades en Lüderitz y Walvis Bay, el único otro puerto pesquero del país. Integrante del grupo Pescanova, importante empresa de productos pesqueros y de mariscos de España, NovaNam, gran establecimiento de Lüderitz situado frente al mar, tiene 1 950 empleados y una capacidad de elaboración de 100 toneladas diarias de pescado, con 19 embarcaciones a su servicio.
«En el mundo hay otros buenos caladeros, pero la gestión de recursos está aquí, en Namibia -señala Miguel Angel Tordesillas, Director General Principal del grupo NovaNam-. El gobierno introdujo un marco científico y político pragmático e inteligente. Fuimos los primeros inversores en regresar. Nuestra confianza se ha recompensado un 150 por ciento; seguimos invirtiendo y creciendo».
FAO