El uso selectivo de la energía solar podría mejorar de forma significativa el nivel de vida de millones de personas en las zonas rurales de los países en desarrollo, afirma la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en un nuevo informe que se publica hoy con el título: Energia Solar Fotovoltaica para la Agricultura Sostenible y el Desarrollo Rural . La tecnología solar fotovoltaica en la actualidad se emplea principalmente para la iluminación, la radio y la televisión en los hogares, dice la FAO y agrega: «Ha llegado la hora de entrar en una nueva fase de la energía solar más allá de la bombilla. Tendríamos que utilizar la energía solar no solo para la iluminación doméstica, sino también para la extracción de agua potable, para el regadío, para los abrevaderos del ganado y para las pequeñas industrias casera y agropecuarias, para los programas educativos de radio y televisión y para los servicios sanitarios». Casi dos mil millones de personas en los países en desarrollo no tienen acceso todavía a la electricidad. Sus problemas energéticos no se resolverán solamente mediante la electrificación solar de los hogares, dice la FAO. «Se sabe que los agricultores de subsistencia más pobres, no pueden permitirse, por lo general, los sistemas de energía solar. Estos sistemas, no obstante, tienen algunas ventajas particulares que les hacen muy interesantes en el ámbito de los servicios sociales básicos como el abastecimiento de agua y la refrigeración de las vacunas, así como algunas otras aplicaciones eficaces. Con los precios más bajos, la extensión y el número de estas aplicaciones se ampliará», observa la FAO. El informe cita numerosos ejemplos del aumento de la aplicación de la energía solar a la agricultura. El bombeo mediante energía solar se adapta muy bien al riego por goteo de la horticultura y de otros cultivos de valor. La energía solar se revela a menudo como la solución más económica para el abastecimiento de agua de las personas y de sus ganados en las zonas remotas y no electrificadas. El bombeo de agua es uno de los mercados fotovoltaicos rurales más grandes en los países en desarrollo, y está muy extendida al mismo tiempo la venta de vallas electrificadas mediante energía solar. Los pequeños sistemas de energía solar contribuyen también al desarrollo de otras actividades productivas en muchos países, entre ellas restaurantes, bares, cines, tiendas de teléfonos, talleres técnicos y artesanales al suministrar luz y potencia a aparatos como taladros, licuadoras, teléfonos móviles y equipos de televisión. La instalación y el mantenimiento de los sistemas de energía solar y la venta de electricidad fotovoltaica incrementa la creación de puestos de trabajo en las zonas rurales. Sin embargo, la introducción de la electricidad fotovoltaica se enfrenta a menudo con fuertes barreras como los altos costes de inversión, la ausencia de financiación e infraestructuras, el bajo volumen de ventas, la falta de compromiso político y de acciones eficaces, recuerda la FAO. Esquemas innovadores de financiación como los fondos rotatorios, los préstamos en condiciones favorables a las cooperativas de agricultores y el arrendamiento de equipos abren nuevas oportunidades para la aplicación de las tecnologías solares. La FAO invita a los gobiernos a fomentar los sistemas de energía solar en las zonas rurales. Los bancos de desarrollo rural y agrícola deberían hacer susceptible de crédito la financiación de esos sistemas. Las mujeres deben tener un acceso igualitario a los préstamos. Habría que hacer atractiva para la inversión privada la financiación de los programas de electrificación mediante energía solar. Los fondos de los donantes internacionales deberían emplearse como un estímulo para ese tipo de inversiones privadas. Los programas integrados de electrificación fotovoltaica deberían englobar simultáneamente las necesidades de electricidad en los diferentes sectores de la sociedad rural presentando sistemas de energía solar para el agua potable, el riego, los cuidados sanitarios, la educación y la comunicación. Los sectores energético, agrícola, educativo y sanitario tendrían que unir sus esfuerzos para garantizar que los sistemas de energía solar se utilicen para facilitar estas necesidades y servicios básicos a los campesinos más pobres. Este enfoque integrado fomentaría también la utilización de energía solar, mejoraría la infraestructura de manutención y servicio y crearía mercados sostenibles. Más aún, los sistemas de energía solar pueden ser beneficiosos para el medio ambiente y de cara a los cambios climáticos.
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