Según un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación para el año 2020 (FAO) las muertes provocadas por VIH/SIDA en los diez países africanos más afectados habrán reducido en un 26 por ciento la fuerza de trabajo. El informe calcula que desde 1985 unos siete millones de trabajadores en la agricultura han muerto de enfermedades relacionadas con el SIDA en 27 países africanos gravemente afectados por ese mal. Es muy probable que en las dos próximas décadas mueran otros 16 millones de personas.
El informe, elaborado para la XXVII sesión del Comité sobre Seguridad Alimentaria Mundial que se celebrará en Roma del 28 de mayo al 1 de junio constata : «A lo largo de la historia pocas crisis han representado una amenaza tan grande para la salud de la humanidad y para el progreso económico y social como la epidemia de VIH /SIDA».
Unas 36 millones de personas en todo el mundo resultan afectadas por el VIH, el virus responsble del SIDA; el 95 por ciento de las cuales vive en países en vías de desarrollo. Africa Sub-sahariana es la región más duramente atacada por la epidemia, con 24 millones de personas infectadas. India, con más de 4 millones de personas afectadas por el virus, es el país que cuenta con el mayor número de población que vive con el VIH. El virus tiene un gran impacto en la nutrición, la seguridad alimentaria, la producción agrícola y las sociedades rurales en muchos países. Dado que la enfermedad afecta por lo general a los miembros económicamente más productivos de la sociedad, el VIH/SIDA representa un problema de importancia capital para el desarrollo agrícola, económico y social.
«El VIH/SIDA puede tener efectos devastadores en la seguridad alimentaria de los hogares y en la nutrición», recalca el informe. Cuando el primer adulto de una familia cae enfermo comienza la caída en picado del bienestar de la familia.
«Se gasta mucho más en cuidados sanitarios mientras la productividad disminuye. La producción de alimentos y los ingresos descienden dramáticamente a medida que aumenta el número de adultos afectados. Cuando se han acabado los ahorros, la familia busca ayuda en los parientes, pide dinero prestado o vende sus instrumentos de producción», prosigue el informe. «Un estudio efectuado en Uganda muestra que el 65 por ciento de las familias afectadas por el SIDA se vieron obligadas a vender sus propiedades para poder hacer frente a las curas sanitarias. Con frecuencia los niños se ven obligados a abandonar la escuela ya que la familia necesita ayuda y no puede afrontar los gastos escolares. El tiempo dedicado al cuidado de los niños, a la higiene, a la elaboración de alimentos y a su preparación se sacrifica. Cuando muere un paciente de SIDA, es necesario gastar dinero en el funeral y la capacidad productiva de la familia disminuye».
Otro estudio en Tanzania muestra como el consumo de alimentos per cápita baja un 15 por ciento en los hogares más pobres cuando un adulto muere. El consumo de alimentos resulta aún mas afectado cuando una madre muere ya que son ellas normalmente las responsables de la preparación de las comidas. Para el paciente la mala nutrición junto con VIH/ SIDA se transforma en un círculo vicioso ya que la subnutrición aumenta la vulnerabilidad a las infecciones y, en consecuencia, empeora la gravedad de las enfermedades de VIH/SIDA .
Según el informe de la FAO, la pérdida de adultos sanos afecta a la entera capacidad de mantenerse y reproducirse de la sociedad. «Las técnicas de la agricultura pueden perderse ya que los niños no pueden ver como trabajan sus padres». VIH/SIDA se cobran un precio muy grande sobre todo entre los pobres. Las familias rurales afectadas a menudo se dedican a trabajos no agrícolas. Algunos emigran buscando empleo o quieren ganar dinero con rapidez, lo que puede llevar a comportamientos peligrosos como el comercio de drogas o la prostitución, dice el informe.
Para luchar contra la difusión constante de la enfermedad y reducir su impacto, el informe de la FAO presenta una serie de sugerencias que serán analizadas durante la reunión del Comité sobre Seguridad Alimentaria Mundial que se celebra en Roma del 28 de mayo al 1 de junio 2001. Entre las propuestas destaca la de «respaldar activamente las estrategias para concienciar a los gobiernos, a los responsables de las políticas, ministros, líderes de opinión y público en general sobre el impacto de VIH/SIDA» . También se pide asistencia para que los niños indigentes y las familias con casos de SIDA puedan hacer frente a sus necesidades alimentarias diarias y a otras necesidades básicas.
El informe pide también que se revisen las leyes y las prácticas relativas al acceso a la tierra y a los recursos para asegurar los medios de vida de viudas, huérfanos y otras categorías afectadas por el SIDA . Otra de las sugerencias es la creación de programas de seguridad alimentaria de los hogares y de nutrición comunitaria, así como la preparación y educación de trabajadores de expansión agrícola para prestar asistencia en los hogares y países afectados por VIH/SIDA.
El informe recomienda también que los países donantes colaboren en la prevención de VIH/SIDA y reduzcan su impacto negativo en la seguridad alimentaria proporcionando conocimientos y recursos a los países gravemente afectados por el virus. Esta asistencia, dice el informe, debería incluir ayuda alimentaria para proporcionar alimentos suplementarios a los hogares y orfanatos.
Durante la última década, la FAO ha evaluado el impacto del VIH/SIDA en la agricultura, la seguridad alimentaria y el desarrollo rural, y ha proporcionado asistencia a los países a la hora de poner en marcha sus programas. En 1999 la FAO firmó un acuerdo de colaboración con ONUSIDA para responder a vasta escala al VIH/SIDA en relación con el desarrollo agrícola y la seguridad alimentaria.
FAO