El crecimiento económico puede ser positivamente influenciado por una nutrición mejor, dice la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en un apartado especial de su informe anual El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2001 (SOFA 2001). "El impacto de la nutrición en la productividad laboral, en la salud y en la educación alcanza a los niveles más elevados del crecimiento económico general".
Si se eleva la ingestión de calorías por persona a 2.770 en aquellos países donde esta por debajo de ese nivel, se podría aumentar el crecimiento del PIB per capita entre un 0,34 y un 1,48 puntos porcentuales cada año, según el informe. SOFA 2001 se lanza dos meses antes de que los líderes de todo el mundo se reúnan, invitados por la FAO, para la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después, que tendrá lugar del 5 al 9 de noviembre. Los representantes de los gobiernos, de las ONG y de otras organizaciones de la sociedad civil individuarán modos para reducir el número de personas que padecen hambre en el mundo, de manera que esa cifra pueda pasar de los 800 millones de personas hambrientas en 1996 hasta no más de la mitad para el año 2015.
Entre el periodo 1996 y 1998, la FAO identificó viven 826 millones de personas desnutridas en todo el mundo que tienen que hacer frente a una carencia diaria de sus exigencias básicas de energía de entre 100 y 400 calorías. Si las consecuencias de una dieta inadecuada no saltan siempre a la vista, dice la FAO, "la subnutrición lleva a una condición nutricional inferior, o desnutrición, a la que el cuerpo se adapta disminuyendo su actividad física, y en el caso de los niños su crecimiento". La desnutrición aumenta también la propensión a las enfermedades y provoca torpeza, limitando la capacidad de concentración de los niños.
La amplitud de las carencias de micronutrientes es impresionante, dice el informe. "Unos 740 millones de personas padecen enfermedades ligadas a la deficiencia de yodo, entre ellas el retraso mental, retraso de la capacidad motriz y retraso del crecimiento. Hay más de 16 millones de personas aquejadas de cretinismo y casi 49,5 millones de seres humanos padecen daños cerebrales provocados por la carencia de yodo. Hay unos dos mil millones de anémicos, sobre todo a causa de carencia de hierro. La carencia de hierro, la enfermedad más común entre las de micronutrientes, reduce la productividad física y tiene también un impacto negativo en la habilidad cognitiva de los niños".
Además, agrega el informe, entre 100 y 140 millones de niños padecen carencia de vitamina A.
Un reciente estudio de la FAO, mencionado en el informe, demuestra que la nutrición tiene un impacto positivo en el crecimiento económico. Según ese estudio,.
El informe afirma: "La nutrición más adecuada lleva al aumento del capital humano y de la productividad laboral mediante los canales de una salud y una educación mejores, lo que a su vez se traduce en la mejora del bienestar de los hogares y de la nación, y por tanto, en el crecimiento económico. La mejora de la nutrición repercute directamente en el crecimiento económico directamente mediante su impacto en la productividad laboral e indirectamente mediante la mejora de la esperanza de vida", dice el documento.
La FAO insta a llevar a cabo "acciones concretas contra la malnutrición maternal e infantil" y solicita que se invierta en la salud, la educación y la higiene. Recuerda que el aumento del consumo de proteínas y energía, así como la reducción de las carencias de yodo, hierro y vitamina A, aporta bienestar difuso para los individuos tanto como para la sociedad.
Según el informe, el impacto mayor procede de las mejoras en la salud de las mujeres, porque de este modo no solamente se benefician las familias y las comunidades en el día de hoy, sino que estas mejoras redundarán en beneficio de la salud y la productividad de la próxima generación.
En su capítulo especial dedicado a "Los impactos económicos de las plagas y las enfermedades transfronterizas de las plantas y de las animales", la FAO advierte que la difusión de enfermedades emergentes y especies invasoras ha aumentado enormemente en los últimos años.
El rápido aumento de la circulación transfronteriza de mercancías y personas, la liberalización del comercio, el interés creciente por la seguridad de los alimentos y del ambiente ha aumentado la necesidad de cooperación internacional para controlar y gestionar las plagas y enfermedades transfronterizas.
Las plagas y enfermedades de las plantas y de los animales suponen una amenaza permanente para los cultivadores y ganaderos y a menudo provoca dramáticas pérdidas económicas, dice la FAO. "El crecimiento en el comercio de la fruta y verduras frescas es hoy responsable de la mayor parte de los problemas de las plagas de cuarentena", agrega el documento.
En muchos países se registra una tendencia hacia el aumento de la intensificación y comercialización de la producción ganadera. La mayor concentración de animales a menudo crea mayores oportunidades para que las enfermedades y otras infecciones se difundan rápidamente provocando graves pérdidas económicas.
Las pérdidas económicas derivadas de las plagas y enfermedades de las plantas y de los animales pueden ser enormes, pero el tipo de impacto económico puede ser muy complejo. Para muchos tipos de plagas y enfermedades las pérdidas económicas acarreadas por la disminución de la demanda o la pérdida de los mercados de exportación puede sobrepasar con mucho los costes provocados por las pérdidas directas en la producción. El informe pasa revista a una serie de estudios que evalúan el impacto económico de plagas y enfermedades. Por ejemplo, teniendo en cuenta el volumen actual del comercio y las restricciones fitosanitarias , la mosca de la fruta mediterránea podría provocar pérdidas por más de 800 millones a nivel de producción y comercio si se estableciera en los Estados Unidos, según un estudio mencionado en el informe. Otro estudio observa que la erradicación de la fiebre aftosa en Uruguay en 1996 podría llevar aparejado un aumento actual de 20 millones de dólares y un aumento futuro de 90 millones de potenciales ingresos de exportación adicionales.
Se han alcanzado progresos tecnológicos muy significativos en la lucha contra las plagas y enfermedades trasnfronterizas, dice la FAO, pero estos sólos no son suficientes. En muchos casos, los países han compartido información con rapidez y franqueza sobre los brotes de plagas y enfermedades y han elaborado conjuntamente programas de control de las enfermedades. Sin embargo " la falta de cooperación entre los países en muchas partes del mundo ha sido uno de los obstáculos más fuertes al control efectivo de las enfermedades animales transfronterizas".
En el capítulo, la FAO solicita la intensificación de la cooperación regional e internacional. Los países en desarrollo, deberían recibir ayuda "ya que no todos los países pueden hacer frente solos al coste de la prevención y a los efectos".
SOFA 2001 contiene también una sección dedicada a las negociaciones sobre el comercio internacional de productos agrícolas, lanzadas por la Organización Mundial del Comercio. El comercio agrícola es particularmente importante para la mayor parte de los países en desarrollo que son exportadores e importadores de bienes agrícolas. Las barreras al comercio agrícola representan todavía un obstáculo crucial para muchos de ellos. La complejidad de los regímenes de importación y el esfuerzo por adaptarse a las normas higiénicas y fitosanitarias y las barreras técnicas al comercio pueden ser obstáculos insuperables, sobre todo para los pequeños países en vías de desarrollo. Es importante que una nueva ronda de negociaciones dedicadas al comercio agrícola se traduzca en mejores ocasiones para que los países en desarrollo participen en un comercio agrícola internacional.
Del libro de 295 páginas forma también parte un CD-ROM con datos de 150 países, grupos regionales y regiones en inglés, francés y español, así como con software FAOSTAT TS para garantizar un fácil acceso y utilización.
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