Los campesinos y pastores de la región suroriental de Etiopía se enfrentan a una grave carestía de alimentos a causa de la sequía, y en situación previa a la de hambruna en algunas zonas. La falta de agua conlleva el desplazamiento masivo de personas y del ganado, que se encuentra en condiciones precarias, y ya se ha detectado la muerte de reses en algunas zonas, según informó hoy la FAO. La organización de la ONU ha lanzado un llamamiento para conseguir 18,5 millones de dólares destinados a paliar los efectos de la sequía y garantizar los medios de vida de las familias dedicadas al pastoreo, en particular en las regiones más golpeadas de Somali y Oromiya. En estas áreas, la situación creada por las escasas lluvias del pasado otoño se ha visto agravada por la llegada del numeroso ganado desplazado por la sequía desde el noreste de Kenia y el sudoeste de Somalia. Los cálculos iniciales indican que más de un millón de personas, solamente en la región de Somali, necesitan ayuda urgente para evitar morir de inanición, y se teme que la actual temporada seca, desde enero a marzo, pueda empeorar la situación, según la FAO. “Los años sucesivos de sequía en las áreas más afectadas han deteriorado los medios de subsistencia de muchas familias, que se hallan en la miseria”, señaló Anne M. Bauer, responsable de la División de Operaciones de Emergencia y Rehabilitación de la FAO. “Es necesario llevar a cabo una serie de intervenciones urgentes lo antes posible, a riesgo de que empeoren unas condiciones que ya son alarmantes”. Ayuda para el ganado La FAO busca fondos para intervenciones veterinarias urgentes que permitan salvar al ganado en las zonas afectadas. Entre las iniciativas propuestas se incluyen la distribución de vacunas, medicamentos, equipos veterinarios y el apoyo técnico y financiero para las campañas de vacunación y de atención sanitaria al ganado. Igualmente es necesario distribuir piensos para salvar al ganado en edad de cría, un recurso vital para la recuperación de la cabaña tras la sequía. La FAO prestará además ayuda para la realización de inspecciones veterinarias, el control de los mercados y también la eliminación selectiva de animales y el reparto de carne y otros productos de origen animal a las familias vulnerables. Reparto de semillas y apoyo para el regadío Para atender la necesidad de los campesinos pobres de obtener semillas a nivel local, el llamamiento de la FAO incluye la provisión de más de 14 000 toneladas de semillas a cerca de 700 000 familias durante el próximo año. De momento se requieren con urgencia unas 6 000 toneladas de semillas para la temporada de siembra en curso. También se apoyará la multiplicación de variedades resistentes a la sequía y a las plagas, con el fin de reducir la vulnerabilidad de los campesinos a las inclemencias meteorológicas u de otro tipo, y mejorar la seguridad alimentaria. El acceso al agua es vital para la producción agrícola, y muchos de los sistemas de regadío a pequeña escala no son adecuados o no están bien gestionados, en muchos casos debito a las condiciones ambientales adversas. La FAO colaborará en el mantenimiento de las canalizaciones y demás infraestructuras para el riego en determinados lugares, y trabajará con los campesinos afectados y las autoridades locales en la mejora de la capacidad de gestión de los recursos hídricos. Detener la gripe aviar Según la FAO, la amenaza del virus de la gripe aviar altamente patógeno en las fronteras de Etiopía supone otra grave preocupación. Por ello se requiere preparación a todos los niveles para poder detectar con rapidez la llegada del virus al país y, llegado el caso, evitar su propagación. El organismo de la ONU trabajará con el gobierno etíope para fortalecer sus sistemas de vigilancia y colaborará en la formación de personal de campo y de los laboratorio de diagnóstico. Prevenir una crisis regional La sequía también afecta a algunas zonas de Kenia y de Somalia. Por este motivo la FAO está trabajando en una respuesta regional que atienda de forma simultánea las necesidades de los campesinos y ganaderos en las áreas afectadas de los tres países. Se pretende evitar así una agravación de la crisis debido a los desplazamientos potenciales de población como consecuencia de una ayuda humanitaria descoordinada
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