Las frutas y verduras son clave en la lucha contra la obesidad
La agricultura y una política agrícola adecuada se encuentran en la base de una dieta saludable, pero los europeos, en algunos aspectos, se alimentan peor ahora que hace 45 años, según los datos presentados en una reunión internacional sobre la obesidad.
“La calidad de la dieta en la Unión Europea se ha ido deteriorando gradualmente y se ha hecho demasiado rica en grasas, particularmente en grasas saturadas, azúcar y colesterol”, aseguró el economista de la FAO Josef Schmidhuber al presentar datos procedentes de un estudio que cubre el período 1961-2002 y que hace por lo tanto referencia a los 15 socios europeos, antes de la última ampliación.
Schmidhuber intervino en una conferencia de dos días que ha reunido a representantes de los países incluídos en las Oficinas regionales para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Una señal positiva, sin embargo, era que en 2002 la población de la UE comía más frutas y verduras, según Schmidhuber. La población en los países mediterráneos tiene en general una dieta más saludable que en otras regiones europeas, pero también presenta claros signos de deterioro, según explicó Schmidhuber.
La reunión FAO-OMS, que cuenta con financiación del Gobierno italiano, tiene lugar en la sede central de la FAO en Roma. Su objetivo es facilitar el diálogo entre el sector agrícola y el de la salud pública e identificar políticas fiscales, comerciales y de apoyo a la producción primaria para mejorar la dieta de la población y luchar contra la obesidad y las enfermedades asociadas.
«Es un hecho lamentable que el sobrepeso y la obesidad afecten a los sectores más pobres de la sociedad y con consecuencias a largo plazo en uno de sus grupos más vulnerables: los niños», aseguró Marc Danzon, director regional para Europa de la OMS. «Todos deberían tener acceso a alimentos saludables y las políticas gubernamentales deberían apoyar tanto su disponibilidad como el acceso en Europa».
La obesidad es uno de los grandes problemas de salud pública en el Siglo XXI. Su incidencia se ha triplicado en muchos países europeos desde los años 80, y el número de afectados -en especial niños- continúa creciendo de forma alarmante. La obesidad es responsable del 2 al 8 por ciento de los costes sanitarios y de un 10-13 por ciento de las muertes en diferentes regiones de la UE.
Obesidad en los países en desarrollo
Guy Nantel, nutricionista de la FAO, explicó a los participantes que la obesidad no se limita a los países ricos y desarrollados, sino que se está convirtiendo rápidamente en un problema también para las naciones en desarrollo. Ello les sitúa ante una doble reto, ya que la subnutrición convive codo con codo con la sobrealimentación y la obesidad.
La adopción de la dieta del mundo occidental y un tipo de vida cada vez más sedentario, han hecho subir con rapidez los índices de obesidad en los países en desarrollo, en un problema que afecta en especial a las mujeres, afirmó Nantel.
La FAO considera que había 852 millones de personas subnutridas en el mundo en el período 2000-2002, mientras que la OMS calcula que hay unos 300 millones de adultos obesos, y de ellos 115 millones en los países en desarrollo.
Nantel citó el ejemplo de China, en donde la sobrealimentación ha llegado a un punto en el que el 23 por ciento de la población adulta es obesa o tiene sobrepeso, y las enfermedades relacionadas con la dieta se han convertido en la principal causa de mortalidad.
Una solución parcial para el problema sería que la gente comiera más frutas y verduras, según aseguró en la reunión Eric Kueneman, Jefe del Servicio de Cultivos de la FAO
“La FAO promueve de forma activa la producción de frutas y verduras en beneficio de la salud y para generar ingresos para los campesinos”, señaló Kueneman. Añadió que una iniciativa conjunta FAO-OMS existente en este campo representa “una buena posibilidad para una cooperación más amplia en los sectores de la salud, la educación y la agricultura”
FAO