FAO: La ganadería industrial junto a las ciudades crea problemas medioambientales

Nota de la FAO
La producción pecuaria industrial en los países en desarrollo es a menudo causa de un grave daño medioambiental, en especial cuando las grandes plantas de la industria lechera y cárnica se concentran junto a las ciudades o en las cercanías de los recursos hídricos, según alertó hoy la FAO.

En un informe titulado Políticas pecuarias: La contaminación por la producción pecuaria industrial, la agencia de la ONU urge a los gobiernos a destinar incentivos para promover mejores prácticas en la producción pecuaria industrial.

La carne y los productos lácteos se encuentran ahora más difundidos y son más accesibles en muchos países en desarrollo. Entre 1980 y 2004, la producción cárnica en los países en desarrollo se triplicó, desde unos 50 millones hasta los 150 millones de toneladas. Si bien la población en los países desarrollados sigue consumiendo entre tres y cuatro veces más carne por persona, en los países en desarrollo se produce y consume más de la mitad de la carne existente a nivel mundial.

El rápido crecimiento de la producción pecuaria en el mundo en desarrollo se concentra principalmente en un pequeño grupo de grandes países, que incluye Brasil, México, China y los países ribereños del Mar del Sur de China (Tailandia, Viet Nam y Filipinas). Se calcula que la producción de carne en los países en desarrollo se incrementará en otros 110 millones de toneladas anuales para 2030.

Del Ganado vacuno al porcino y avícola

En muchos países en desarrollo las grandes explotaciones industriales, con miles de animales, han desplazado a la producción pecuaria tradicional, en la que los pequeños campesinos crían animales y cultivan la tierra, con lo que los nutrientes se reciclan como forraje y fertilizantes.

La producción se ha ido desplazando de forma progresiva desde el ganado vacuno que se alimenta de pastos en las zonas rurales a la producción porcina y avícola industrial en las afueras de las grandes ciudades. En Asia, la producción industrial a gran escala es responsable en cerca de un 80 por ciento del incremento total en productos pecuarios desde 1990.

En la ganadería industrial, grandes cantidades de desechos animales se acumulan lejos de las tierras agrícolas, donde podrían ser reciclados en condiciones de seguridad. La elevada concentración de producción pecuaria industrial crea grandes cantidades de estiércol.

Aunque a nivel nacional sigue siendo inferior, la concentración de la producción porcina y avícola en algunas partes de China y Brasil está aproximándose y superando incluso los niveles que se encuentran en Europa y América del Norte.

Ecosistemas amenazados

La producción porcina y avícola concentrada en las zonas costeras de China, Viet Nam y Tailandia está convirtiéndose en la fuente principal de contaminación por nutrientes del Mar del Sur de China, según el informe de la FAO. Se estima que la producción porcina origina el 42 por ciento del nitrógeno y el 90 por ciento del fósforo que fluye hacia el mar en la zona.

A lo largo de gran parte de esta costa densamente poblada, la concentración de cerdos supera los 100 animales por kilómetro cuadrado, y las tierras agrícolas están sobrecargadas de enormes excedentes de nutrientes. Los escurrimientos están degradando gravemente la calidad del agua del mar y de los sedimentos en una de las zonas marinas con mayor biodiversidad del mundo, poniendo en peligro frágiles hábitat como los manglares, los arrecifes coralinos y las praderas marinas.

Las principales formas de contaminación asociadas al tratamiento del estiércol en la producción pecuaria intensiva son las siguientes:
Filtración de nitratos y agentes patógenos en los mantos acuíferos, lo que constituye a menudo un peligro para las reservas de agua potable.
Acumulación de nutrientes en el suelo, nocivos para la fertilidad de las tierras. En diversos países de Asia, hasta un cuarto de la superficie agrícola está afectada por este problema. Casi la mitad del exceso de fósforo es de origen pecuario.
Destrucción de los ecosistemas frágiles, como los humedales, los manglares y los arrecifes coralinos. Las zonas costeras amenazadas del Mar del Sur de China, por ejemplo, son el hábitat de 45 de las 51 especies de manglares que hay en el planeta, de casi todas las especies de corales y de 20 de las 50 variedades de praderas marinas conocidas.

Cambio de política

Algunas políticas gubernamentales, como la zonificación y la aplicación de impuestos, pueden desalentar la concentración de la ganadería intensiva cerca de las ciudades, según el informe de la FAO. Los impuestos, programas de certificación y otros instrumentos normativos, podrían apoyar la aplicación de mejores prácticas en la producción pecuaria.

En Tailandia, por ejemplo, la elevada concentración de granjas avícolas en los alrededores de Bangkok se redujo de forma considerable en menos de una década, ya que se aplicaron impuestos elevados a la producción avícola realizada en un radio de 100 kilómetros de la capital tailandesa. Los avicultores fuera de esa zona quedaban exentos de impuestos.

Por desgracia, según la FAO, en muchos países las políticas anacrónicas y mal orientadas promueven activamente una producción pecuaria insostenible para el medio ambiente. Numerosos países en desarrollo subsidian los fertilizantes químicos, la energía y el crédito, subsidios que tienden a beneficiar más a las grandes explotaciones de carácter intensivo.

Eliminar los subsidios, ajustar los impuestos y proporcionar incentivos para invertir en tecnología a fin de reducir la contaminación, son algunas de las medidas que podrían reducir el daño medioambiental provocado por la producción pecuaria industrial.

FAO

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