FAO: ‘Millones de trabajadores asalariados agrícolas viven en condiciones extremas’

De un total de 1.100 millones de personas empleadas en la agricultura, los trabajadores asalariados por cuenta ajena representan cerca del 40 por ciento, según un informe conjunto de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Unión Internacional de Trabajadores de la Alimentación, Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabaco y Afines (IUF)(*).

«No puede haber una agricultura sostenible cuando más del 40 por ciento de la fuerza de trabajo tiene un empleo precario, con malas condiciones laborales y vive en la pobreza», señala el informe.

Los expertos subrayan que las presiones económicas están deteriorando los ya bajos niveles de protección de los trabajadores agrícolas en término de salarios, estabilidad laboral, salud, normas de seguridad y ambientales y asistencia social. Otro de los aspectos que despierta gran preocupación es la utilización de trabajo infantil.

Bajos salarios, en especial para las mujeres

Los trabajadores agrícolas que no son propietarios o arrendatarios de la tierra que trabajan, o incluso del equipo y aperos que utilizan, están a menudo mal pagados, con salarios muy por debajo de los que ganan los operarios en la industria.

Millones de ellos viven por debajo de la línea de pobreza y a menudo no pueden comprar alimentos suficientes. En término medio, las familias de los trabajadores agrícolas gastan más del 70 por ciento de sus ingresos en comida.

Sus empleos son a menudo inestables y temporales, según el informe. La globalización ha reducido cada vez más el puesto de trabajo fijo y promovido una fuerza laboral flexible y marginada, con el incremento de intermediarios, contratistas laborales y subcontratistas. Los trabajadores inmigrantes se enfrentan a particulares dificultades, debido a que trabajan sin contrato formal y carecen de asistencia social.

Al tiempo que la mano de obra en la agricultura se reduce en su conjunto, con el abandono de sus tierras por los pequeños campesinos, el número de trabajadores asalariados rurales está creciendo en muchas regiones del mundo. Los nuevos empleos se han creado sobre todo en sectores orientados hacia la exportación, como la floricultura y el cultivo y empaquetado de hortalizas.

El número de mujeres asalariadas crece también con rapidez: representa ya entre el 20 y el 30 por ciento del total de trabajadores, aunque reciben sistemáticamente salarios más bajos que sus colegas masculinos.

Riesgos laborales

La agricultura está considerada entre los tres sectores de producción con mayor peligrosidad, junto a la industria y la minería. Entre los riesgos figuran, por ejemplo, la maquinaria peligrosa, las enfermedades transmitidas por el ganado o la exposición a pesticidas tóxicos. En todo el mundo se producen cada año cerca de 355 000 accidentes laborales mortales, se calcula que la mitad de ellos en el sector agrícola. Entre los que mueren, resultan heridos o enferman figuran muchas mujeres y niños.

En varias regiones del mundo a los trabajadores agrícolas se ven privados de sus derechos humanos básicos, como el derecho a la libertad de asociación y a negociar de forma colectiva con sus empleadores las condiciones laborales. En la agricultura se da con más frecuencia el trabajo forzado que en otros sectores laborales.

El VIH/SIDA está teniendo efectos devastadores sobre la mano de obra agrícola en muchos países. La enfermedad ya ha matado a unos 7 millones de trabajadores agrícolas desde 1985 en los 25 países más afectados en Africa, algunos de los cuales podrían ver desaparecer el 25 por ciento de su mano de obra agrícola en las próximas dos décadas.

Trabajo infantil

De los 246 millones de niños que se calcula trabajan en el mundo, más de 170 millones (el 70 por ciento) están empleados en la agricultura. Cada año mueren unos 22 000 niños en accidentes laborales, muchos de ellos realizando labores agrícolas

Los menores son empleados como mano de obra barata porque sus padres no ganan lo suficiente para mantener a toda la familia o para enviar a los niños a la escuela. Los niños que trabajan en el campo lo hacen a menudo durante más diez horas diarias y ganan menos de un dólar al día.

Mejorar las condiciones laborales

El informe critica a los gobiernos, las agencias de desarrollo, los institutos científicos y de investigación, los bancos del sector agrícola, institutos de crédito, así como a muchas organizaciones de la sociedad civil por ignorar la desesperada situación de los trabajadores agrícolas, a pesar de que juegan un papel importante en la agricultura sostenible, el desarrollo rural y la seguridad alimentaria a nivel mundial

El estudio hace hincapié en la contribución de los asalariados agrícolas y sus sindicatos al desarrollo rural y la agricultura sostenible, y sugiere la forma de mejorar las condiciones de vida y de trabajo.

Finalmente, el documento pide un mayor desarrollo y la promoción de un programa de acción para establecer condiciones de trabajo justas y dignas en la agricultura, aplicando los Derechos y Principios Fundamentales en el Trabajo de la OIT. La FAO y otras agencias deberían reconocer las particularidades de los trabajadores agrícolas asalariados como un grupo diferenciado, y deberían cooperar con ellos y sus sindicatos.

Los trabajadores agrícolas y sus sindicatos deberían recibir el suficiente apoyo político, técnico y financiero para permitirles jugar un papel mucho más importante en promover una agricultura sostenible. El informe sugiere que las estrategias de reducción de la pobreza deberían centrarse también en creación de oportunidades de empleo rural y la mejora de las condiciones de trabajo en las zonas rurales.

FAO

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