FAO: No es motivo de pánico el caso de EEB en Canadá

«Son buenas noticias que la inspección esté detectando casos aislados de EEB. Nada indica que en los países donde se haya detectado algún caso solo estén encontrándose otros, más bien se confirma que una vigilancia eficaz detecta el único caso entre un millón de cabezas de ganado».

«Todos los países deberían seguir vigilando su ganado y aplicar medidas de precaución, incluso donde nunca ha habido casos de EEB», explicó Speedy.

Casos de EEB desde 2001

Desde 2001 se han encontrado algunos casos de EEB en algunos países, como la República Checa (4), Grecia (1), Israel (1), Japón (7), Luxemburgo (2), Polonia (5), Eslovaquia (119) y Eslovenia (3), según los informes oficiales de la Oficina Internacional de Epizootias (OIE).

«Estos casos se han detectado gracias a los eficaces programas de los gobiernos para localizar y destruir esta enfermedad», afirma Speedy.

«Además, en los países europeos donde hubo más casos de EEB hay una clara tendencia a la disminución. En el Reino Unido, por ejemplo, en 1992 las cifras tocaron su nivel más alto, con 37 000 casos, y en 2002 habían descendido a 1 114 casos. En el resto de Europa en 2002 se detectaron menos de 1 000 casos de una producción total superior a los 80 millones de cabezas de ganado».

En muchos países ya no se alimenta el ganado con piensos elaborados con carne y huesos, y en la Unión Europea se han prohibido por completo, según informa la FAO. Están ejecutándose programas de aplicación de pruebas de detección microscópica y modernos análisis de laboratorio a grandes números de animales. Los animales enfermos se sacrifican. Estas medidas tienen como fin asegurar que el material infeccioso no entre en la cadena alimentaria.

Necesidad de medidas más rigurosas de control

La FAO instó a los países a aplicar las recomendaciones que dio a conocer conjuntamente con la Organización Mundial de la Salud y la OIE en 2001.

«También los países que nunca hayan tenido casos de EEB deberían considerar la adopción de medidas más rigurosas», afirma Speedy.

Los países deberían aplicar, en particular, las siguientes medidas:

Una evaluación nacional de riesgos en relación con la presencia de EEB, tomando en cuenta las importaciones de piensos y de ganado y la eficacia de las industrias de extracción de grasas y de elaboración de piensos.

Eliminar todos los materiales cuyos riesgos se hayan especificado (sesos, ojos, amígdalas, médula, etc.) de los bovinos y ovinos en canal de más de 12 y seis meses, respectivamente.

Mejorar las normas de extracción de grasas referentes a la temperatura, presión y tiempos correctos de elaboración (133 grados, 3 bar, 20 minutos).

Evitar toda contaminación transversal de los productos elaborados con grasas y de los piensos. Este tipo de contaminación puede presentarse cuando los piensos para aves de corral, cerdos o mascotas están en contacto con los piensos para bovinos.

Cuando lo anterior no sea posible, se debe prohibir por completo utilizar carne y harina de huesos en la elaboración de piensos.

Además de la vigilancia pasiva y de hacerles análisis a todos los animales que presenten síntomas neurológicos, debería haber una vigilancia activa de todos los bovinos que mueran por enfermedad o accidente, de todos los animales sacrificados de emergencia, y tomarse muestras aleatorias de los bovinos durante las actividades normales de matanza.

Destruir todos los bovinos diagnosticados con EEB, así como todas las crías de las vacas que tengan EEB, todos los animales nacidos ese mismo año y el rebaño del animal que haya presentado EEB, en todos los casos hay que incinerar los cadáveres.

Detección y registro eficaces en los países para garantizar la localización del origen de los animales.

El comercio libre requiere una garantía de la inocuidad de los productos, posible sólo mediante la evaluación de riesgos en los países, una vigilancia activa y la ejecución de todas las medidas recomendadas. Speedy señala: «El problema no es que se detecten casos aislados de EEB al hacerles pruebas a los animales, sino que el país exportador garantice la eficacia de un sistema que impida que el material infeccioso llegue a la cadena alimentaria».

Difusión de «buenas prácticas»

Para ayudar a otros países a aplicar medidas de control más estrictas, la FAO está facilitando la cooperación entre Suiza, que ha resuelto bien la crisis de la EEB, y países de Europa Oriental, África y América Latina.

«Impartir capacitación a promotores en este proyecto de cooperación permitirá difundir la competencia técnica en otros países que necesitan esa asistencia. No sólo participarán inspectores y personal de laboratorio, sino la industria de los piensos y la de la carne, para que adquieran las «buenas prácticas» que reducen al mínimo los riesgos a lo largo de toda la cadena alimentaria».

La garantía de eliminación de la EEB en los países estriba en asegurar que los materiales peligrosos no entren en la cadena alimentaria y no incrementar los riesgos alimentando el ganado con esos materiales.

«Se necesita aplicar reglas más estrictas y prestar más atención a los detalles para garantizar por completo la inocuidad de la carne», afirmó Speedy.

FAO

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