La iniciativa, un proyecto regional de 2 260 000 dólares, ha sido firmada hoy en Roma por el Director General Adjunto de la FAO para la Cooperación Técnica, Henri Carsalade, el Director General para la Cooperación al Desarrollo italiano, Giuseppe Deodato, y representantes de los ministerios de agricultura de los siete países beneficiarios.
Durante los próximos tres años, Bulgaria, Croacia, Hungría, Rumania, Serbia y Montenegro, Bosnia y Herzegovina, y la República Eslovaca se beneficiarán de los más de 20 años de experiencia adquirida por la FAO en la gestión integrada de plagas.
El proyecto está dirigido a capacitar a los agricultores de la región en el manejo y control de plagas, con el objetivo de reducir al mínimo el uso de plaguicidas químicos en sus plantaciones ya que, además de muy caros, pueden ser peligrosos y potencialmente dañinos.
La iniciativa ayudará a las autoridades nacionales a desarrollar programas de gestión integrada de plagas, usando métodos participativos de educación y aprendizaje que permitan mantener bajo control el riesgo de plagas y evitar situaciones que puedan poner el peligro la producción de maíz en sus respectivos países.
Mejorar la seguridad alimentaria en la región
Esta iniciativa regional es la segunda de estas características en el marco del Fondo Fiduciario de la FAO para la Seguridad Alimentaria, que cuenta con financiación del Gobierno italiano.
El Fondo Fiduaciario para la Seguridad Alimentaria, abierto con una cantidad inicial de 500 millones de dólares, fue creado por el Director General de la FAO, Jacques Diouf, durante la Cumbre Mundial sobre la Alimentación con el fin de dar un mayor ímpetu a la lucha global contra el hambre en el mundo.
Italia ha sido el primer Estado Miembro de la FAO en responder al llamamiento del Director General comprometiendo 100 millones de euros, de los que ya ha depositado la mitad.
«La adjudicación de los fondos ofrecidos por Italia a este proyecto contribuirán decisivamente a mejorar la seguridad alimentaria en la región», dijo Carsalade.
La tortuguilla que atravesó el Atlántico
La tortuguilla del maíz (Diabrotica virgifera LeConte) proviene de los Estados Unidos, donde es considerada aun hoy una de las plagas más dañinas para el maíz.
A principios de los años 90, esta plaga consiguió atravesar el Atlántico y establecerse en la antigua Yugoslavia. Desde entonces, ha causado serios estragos en las cosechas húngaras, rumanas, croatas y en Serbia y Montenegro.
Durante el pasado año 2001, se registró una fuerte presencia de la tortuguilla en Lombardía, Italia, así como en Francia en 2002.
Este proyecto regional pondrá a disposición de los países de la región las investigaciones más recientes en este campo realizadas en Europa y Estados Unidos.
FAO