El cultivo de árboles en las granjas contribuye a mitigar la pobreza al producir ingresos y alimentos para los agricultores pobres cuyos medios de subsistencia corren cada vez más peligro a causa del cambio climático y de la degradación de los suelos, declaró hoy la FAO.
«La inseguridad alimentaria acosa cada vez más a los pequeños agricultores debido a la degradación de los suelos producida por las condiciones extremas del clima, a la presión demográfica cada vez mayor y a que se utilizan sistemas agrícolas inadecuados», dijo Hosni El Lakany, Subdirector General de la FAO para el Departamento de Montes, en el 1er Congreso Mundial de Agrosilvicultura, que se celebra en Orlando, Florida, del 27 de junio al 2 de julio. «Con todo, estos problemas pueden combatirse cultivando árboles en las granjas, que proporcionan otras fuentes de ingresos y de alimentos y a la vez ayudan a restablecer las tierras degradadas.»
Degradación del suelo
Alrededor del 75 por ciento de las personas pobres del mundo, unos 1 200 millones de personas, vive en zonas rurales. Son en su mayoría pequeños agricultores que viven de los recursos naturales, de donde obtienen sus nutrientes, curas medicinales e ingresos. A menudo se encuentran en zonas montañosas alejadas o en las tierras secas, sobre todo en Asia y Africa.
En los últimos 20 años, la necesidad de producir más alimentos y mejorar las condiciones en que viven ha obligado a los pequeños agricultores, que a menudo corren peligro de morir de hambre, a tratar de producir lo máximo posible en los frágiles ecosistemas donde viven. La consecuencia ha sido una extensa degradación de las tierras y la disminución de la fertilidad del suelo, que exacerban la pobreza y los conflictos por los escasos recursos. Más del 60 por ciento de las tierras degradadas están en Asia y Africa.
Árboles: opción para obtener alimentos e ingresos
El cultivo de árboles en las granjas puede ayudar a la población rural pobre que padece hambre y malnutrición a mejorar la fertilidad del suelo, y proporcionarle fruta, follaje, nueces y especias, que son ingredientes importantes de la alimentación, principalmente cuando hay escasez de alimentos. El valor del comercio mundial de productos forestales no madereros, como la fruta, nueces y medicamentos, asciende a 1 300 millones de dólares.
Los árboles además proporcionan productos de madera, medicamentos y forrajes, y son fuente importante de ingresos. La leña también es la principal fuente de energía para la población rural pobre. Más de 2 000 millones de personas utilizan leña como combustible.
Para la sostenibilidad de los pequeños agricultores, dijo la FAO, es decisivo diversificar la obtención de ingresos a partir de los recursos naturales.
Agrosilvicultura
La FAO ayuda a los países a mejorar los medios de subsistencia de la población rural pobre mediante la elaboración de políticas y la creación de proyectos de campo de agrosilvicultura.
Entre éstos, un proyecto de la FAO de dos años en Namibia ha ayudado a los campesinos locales a seleccionar, plantar y cuidar árboles frutales, así como a elaborar y comercializar productos derivados de la fruta.
En Viet Nam se ha puesto en marcha un proyecto de diversificación de la producción agrícola mediante el cultivo de árboles en las granjas. Este proyecto proporcionará capacitación y apoyo técnico para establecer huertos forestales con fines comerciales y sistemas de agrosilvicultura en la provincia de Quang Nam, con la finalidad de que los agricultores puedan comercializar sus productos agrícolas.
Al atender la seguridad alimentaria, la nutrición de las familias y la producción de ingresos, la FAO prevé ayudar a los pequeños agricultores a que sea menos necesario desboscar nuevas zonas para usos agrícolas y permitir así el restablecimiento de las zonas degradadas y deforestadas.
FAO