La FAO dio a conocer ayer jueves los resultados preliminares del primer censo pecuario de la historia del Afganistán.
Podría tardar 10 años la reconstitución natural de los rebaños en Afganistán, informa la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Los rebaños sufrieron una gran merma después de cuatro años de sequía y muchos más de conflicto civil.
La información se recopiló en más de 36 700 aldeas, casi todas las del país, entrevistando a más de tres millones de familias. La FAO realizó este proyecto con cerca de 900 encuestadores afganos.
El Gobierno de Italia financió este proyecto, con un costo de 780 000 dólares.
La producción pecuaria es una importante fuente de ingresos y de alimentos para los agricultores afganos y sus familias. Para algunos productores, como los nómadas kuchi, el ganado es la única fuente de ingresos que tienen.
Cuenta de los animales de granja
Los resultados del censo revelan que en Afganistán hay 3,7 millones de bovinos, 8,8 millones de ovejas, 7,3 millones de cabras, 1,6 millones de asnos, 180.000 camellos, 140.000 caballos y 12,2 millones de aves de corral.
«Por primera vez hay estadísticas claras de la situación pecuaria en Afganistán», declara Simon Mack, oficial superior de desarrollo ganadero, de la FAO.
«Ya se tiene la información básica para tomar las futuras decisiones sobre los sistemas agrícolas, los servicios veterinarios públicos y las políticas de desarrollo pecuario».
En comparación con otros estudios anteriores sobre los animales de granja, se advierte el desplome del número de los mismos por familia. «En los últimos años, la cantidad de animales por familia ha sufrido una brusca disminución», revela el censo.
Pérdidas pecuarias
La cifra de familias sin ganado ha aumentado, pasando de 11,4 a 14,4 familias por comunidad, a causa de la sequía.
El número de animales por familia también disminuyó de 3,7 en 1995 a 1,22 en 2003. El dato más preocupante es el relativo a las ovejas que en el mismo período pasó de 21,9 a 2,9 por familia.
La sequía ha damnificado en particular a los nómadas kuchi y a otros pastores seminómadas de las provincias de Ghazni, Zabul, Kabul y Kandahar, informa la FAO.
Cerca del 60% de los hogares de los kuchi han perdido por completo su ganado. La mayoría de las familias todavía no se ha recuperado.
Para arar las tierras, en el transporte y para la trilla se utilizan principalmente bueyes. También ha disminuido el número de animales de tiro en los últimos años.
Reconstitución de los rebaños
«Ahora el principal desafío es repoblar, de forma natural y en gran medida, los rebaños -informa Mack-, cuidando la salud y la alimentación de los animales, y mediante la disponibilidad de sementales adecuados o de inseminación artificial».
«Además, también se están importando animales de los países cercanos. Si no hay un control veterinario eficaz, hay peligro de propagación de enfermedades contagiosas, como la fiebre aftosa y la peste de los pequeños rumiantes, que pueden impedir una buena recuperación del ganado del país. La FAO recomienda mejorar los servicios veterinarios públicos para afrontar estos riesgos sanitarios», explica Mack.
Los resultados finales del censo pecuario del Afganistán estarán listos a principios del año próximo. Contendrán resultados detallados de las encuestas de los hogares, tomando en cuenta la información de género.
«Esta información nos permitirá conocer mejor, por ejemplo, la función y las responsabilidades de las mujeres en la cría pecuaria, las diferencias regionales en materia de sistemas de producción y especies, y los niveles de la producción y la productividad», concluye Mack
FAO