«A pesar del elevado porcentaje de deforestación, los progresos en la ordenación sostenible de los bosques en todo el mundo han sido constantes y alentadores. No obstante, son necesarias mejoras posteriores para conseguir más beneficios ambientales, económicos, sociales y culturales», afirma el informe La Situación de los Bosques del Mundo en el año 2003 (SOFO) presentado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
La ordenación sostenible de los bosques se propone responder a las necesidades actuales de bienes y servicios forestales asegurando al mismo tiempo su disponibilidad continua a largo plazo. El concepto combina la producción maderera y no maderera con la conservación del suelo, de las aguas y de la diversidad biológica, preservando o potenciando, al mismo tiempo, los valores socioeconómicos, culturales y espirituales de los bosques.
Para reforzar la ordenación sostenible de los bosques, el SOFO sugiere políticas integradas más fuertes y conexión más eficaz entre diversos sectores tales como la agricultura, el transporte y el comercio. Sugiere, en particular, formas de cooperación innovadoras entre gobiernos, organizaciones, sector privado y sociedad civil.
Bosques y cambio climático
SOFO subraya el papel fundamental de los bosques en el contexto del cambio climático:
como fuente de anhídrido de carbono (CO2) cuando se destruyen o degradan;
como indicadores sensibles de un cambio de clima;
como fuente de combustible biológico en substitución de los combustibles fósiles;
como depósitos de CO2 cuando se ordenan de forma sostenible;
SOFO recuerda también las numerosas materias que deben resolverse cuando en 2005 comiencen las negociaciones para el próximo periodo de compromisos bajo el Protocolo de Kyoto.
Mitigación de la pobreza
«Los bosques pueden contribuir a la reducción de la inseguridad alimentaria, a la mitigación de la pobreza, a la mejora de la sostenibilidad de la producción agrícola y a potenciar el medio ambiente en que viven muchos pobres rurales», según el capítulo que el SOFO dedica a los bosques y la mitigación de la pobreza.
Los hechos demuestran que los campesinos son conscientes de las oportunidades que se abren al incorporar los árboles y bosques a sus formas de sustento y a sus sistemas agrarios, lo que justificaría políticas más sólidas que se propongan:
incrementar el respaldo a la agrosilvicultura con un interés especial en las tecnologías que fomentan la generación de ingresos y los abastecimientos sostenibles de alimentos, textiles, piensos y combustible;
reforzar la participación local en la toma de decisiones y en el reparto de beneficios;
reforzar los derechos forestales de los más pobres y las vías para poder exigirlos;
facilitar el acceso al crédito y a los mercados de los campesinos pobres;
ampliar las oportunidades de trabajo fuera de las fincas, por ejemplo en empresas con base forestal.
Otros capítulos del SOFO analizan el papel clave de los bosques en los recursos de agua dulce, la contribución de los bosques a la defensa de la diversidad biológica, y la situación de la ciencia y la tecnología en el sector forestal, incluyendo la brecha cada vez más grande entre los países avanzados y los menos desarrollados.
Un último capítulo está dedicado a las tendencias de las políticas fiscales recientes en el sector forestal en África y las formas de mejorarlas.
FAO