FAO: ‘Rescatar del anzuelo a las tortugas’

Si bien la situación de la población de las tortugas marinas puede variar entre regiones, y se necesita evaluar con mayor precisión esta situación, de siete especies de tortugas marinas existentes en la actualidad tres están clasificadas como críticamente amenazadas, y otras tres como amenazadas, en la lista roja de especies en peligro de la Unión Mundial de la Naturaleza (UICN). La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) considera que las siete especies están en peligro de extinción.

Diversas actividades humanas ponen en peligro a estos mansos gigantes. Una causa de mortandad de la tortuga marina es la pesca. Los pescadores las capturan accidentalmente cuando pescan con red o con anzuelo otras especies, fenómeno denominado «pesca incidental», y las tortugas suelen morir antes de que las puedan liberar.

Es difícil conocer con exactitud la cifra de tortugas marinas que mueren cada año por la pesca incidental. Es todavía más difícil evaluar las repercusiones relativas de la pesca en la población de las tortugas marinas, dice la FAO, debido a que se tiene poca información de la magnitud de esa población y de las otras amenazas que sufren.

«Respecto a los datos de mortandad debidas a la pesca, hay más polémica que certidumbre. Pero suele aceptarse que la pesca incidental de tortugas es un problema en algunas regiones y para algunas especies, y que existen pasos definitivos para reducirla», explica Jorge Csirke, Jefe del Servicio de Recursos Marinos de la FAO.

«Al mismo tiempo, no todos los peligros que afrontan tienen que ver con la pesca», aclara.

En muchos lugares, la urbanización de las costas está destruyendo las delicadas zonas de nidificación de las tortugas. En otras, el hambre y la pobreza propician la recogida de los huevos y de las tortugas mismas. A veces las tortugas consumen basura, en particular bolsas de plástico desechadas, parecidas a las medusas de que normalmente se alimentan, y sufren lesiones e incluso mueren.

Grupo de expertos de la FAO recomienda utilizar artes de pesca que protejan a las tortugas

Para evaluar el alcance del problema y explorar opciones para reducir las repercusiones de la pesca en las tortugas marinas, la FAO recientemente convocó una Consulta de expertos sobre la interacción entre las tortugas marinas y las pesquerías en un contexto ecosistémico en su sede en Roma.

Con la asistencia de 11 expertos de siete países, la reunión se llevó a cabo del 9 al 12 de marzo y reflexionó sobre temas como la biología y la conservación de la tortuga marina, las repercusiones relativas de distintas causas de mortandad de las tortugas, formas de reducir la pesca incidental con nuevas artes de pesca, cuestiones de ordenación de la pesca y el contexto socioeconómico que determina la interacción entre las personas y las tortugas marinas.

La reunión produjo un documento, que está terminándose, en el que se establecen las bases de una consulta técnica de seguimiento más amplia que se llevará a cabo en Tailandia este mismo año. En esa reunión en Tailandia, a su vez, podrían producirse algunas directrices internacionales específicas y estrategias internacionales para que el sector pesquero produzca menos repercusiones en la población de tortugas marinas.

Muchos países ya están tratando de reducir la pesca incidental de tortugas utilizando nuevos tipos de artes de pesca. En el Golfo de México, por ejemplo, los arrastreros de camarón utilizan desde el decenio de 1980 dispositivos para la exclusión de tortugas (DET), que permiten huir a las tortugas que caen por accidente en las redes.

Esta modificación de los aparejos pesqueros ya se ha introducido en muchas otras pesquerías de arrastre en todo el mundo, y están creándose otros dispositivos para otros sectores pesqueros propensos a atrapar accidentalmente tortugas, como la pesca pelágica con palangre.

Gabriella Bianchi, oficial de recursos pesqueros de la FAO, afirma que el valor de esos aparejos innovadores en la prevención de la pesca incidental de tortugas tuvo gran relieve en la consulta técnica de la semana pasada.

«Se determinaron como técnicas con más posibilidades la utilización de DET en las artes de arrastre, y de anzuelos en círculo en la pesca pelágica con palangre, y se recomendó la realización de más estudios para producir modificaciones del palangre y las artes de arrastre para que las adopten diversos países y regiones», explica Bianchi.

El grupo debatió también sobre la necesidad de investigar más otras modificaciones de las artes y métodos de pesca para prevenir la pesca incidental, como modificar la profundidad en la que se instalan los anzuelos, o bien utilizar distintos tipos y tamaños de anzuelos.

Además, el grupo de expertos pidió a la FAO que contribuyese a producir la información que falta en materia de interacción entre las tortugas marinas y la pesca, y que produzca una serie de directrices para la manipulación y liberación de las tortugas, con el objetivo de instruir a los pescadores sobre cómo liberar adecuadamente a las tortugas capturadas que se encuentren vivas al recoger los aparejos.

Lanzar redes más anchas

Ichiro Nomura, Subdirector General de la FAO y responsable del Departamento de Pesca de esta organización, afirma que incluir consideraciones de conservación en la ordenación pesquera no es una novedad.

«Si bien el Código de conducta para la pesca responsable, de la FAO, aprobado en 1995, no trata específicamente el tema de las tortugas marinas, sí pide la utilización sostenible de los ecosistemas acuáticos y que la pesca se lleve a cabo ‘con la debida consideración’ del medio ambiente». Añade: «también trata cuestiones específicas sobre la biodiversidad y la conservación de las especies amenazadas, y que se reduzca al mínimo la captura de especies que no son el objetivo de la pesca, se trate de otros tipos de peces o de otras especies».

La FAO recomienda, de acuerdo con lo anterior, que la incorporación de las consideraciones de conservación en la ordenación de la pesca, y la adopción de enfoques basados en las artes y de otros tipos para reducir las repercusiones de la pesca en las tortugas se lleven a cabo en el marco de una estrategia más amplia: el enfoque ecosistémico de la pesca.

Se trata de incorporar consideraciones sobre el ecosistema en los planes de ordenación de la pesca, para promover el bienestar no sólo de la especie que sea el objetivo, sino del ecosistema en su conjunto, comprendidas las comunidades de pescadores y las poblaciones de la fauna y la flora.

Con todo, este enfoque no sólo se destina a proteger la biodiversidad y el medio ambiente: también ofrece mejorar la producción pesquera.

«Si se mejoran ahora la salud y la productividad generales del ecosistema, es decir, tratar de lograr el equilibrio del bienestar de todas las especies de animales y plantas de determinada zona, será posible mantener y aun incrementar la producción pesquera en esa zona a la larga», explica Csirke.

«Más de 840 millones de personas del planeta carecen de suficientes alimentos, y la pesca desempeña una función vital para reforzar la seguridad alimentaria y proporcionar empleo -prosigue-. Una pesca saludable en ecosistemas sanos no se excluyen mutuamente. El enfoque de la pesca en el ecosistema a eso se dirige»

FAO

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