FAO Y OMS PIDEN MAYOR COLABORACIÓN INTERNACIONAL

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Sanidad (OMS) han solicitado a todos los países que apliquen las normas internacionales de inocuidad y calidad alimentarias para proteger la salud y el comercio de alimentos. Normas claras, con bases científicas y universalmente conocidas que también sirvan de ayuda para restablecer la confianza de los consumidores.

«A medida que la circulación de personas y el comercio de alimentos – que también abarca las materias y los piensos destinados a la alimentación animal – se globaliza cada vez más, se hace también siempre más difícil para cada país resolver los problemas de inocuidad alimentaria sin la colaboración internacional y sin una estrategia consolidada que les haga frente», afirmó la Directora General de la OMS Gro Harlem Brundtland en su discurso de apertura en la reunión la Comisión del Codex Alimentarius que se celebra en Ginebra del 2 al 7 de julio. «En un mundo globalizado -dijo- todos nadamos en un único mar de microbios».

El Subdirector General de la FAO Hartwig de Haen recordó en su intervención que la sensibilidad pública sobre las cuestiones de inocuidad alimentaria ha aumentado notablemente, sobre todo en los países desarrollados. «La preocupación por la enfermedad de las vacas locas, la crisis de la dioxina en 1999, los numerosos brotes de enfermedades de origen alimentario ligadas a la contaminación microbiológica de los alimentos, y la presencia en la alimentación de los seres humanos de maíz modificado genéticamente, autorizado solamente para piensos, han influido enormemente en la opinión pública», dijo de Haen. «La FAO invita a los gobiernos a tomar muy en serio la preocupación de los consumidores y a no tratar de minimizarla, aplicando y haciendo respetar al mismo tiempo las normas del Codex con mayor rapidez y efectividad».

La Comisión del Codex Alimentarius es el mayor organismo internacional en materia de calidad de la alimentación y normas alimentarias. Es un organismo subsidiario de la FAO y de la OMS y cuenta en la actualidad con 165 países miembros.

Los gobiernos de todo el mundo necesitan urgentemente mejorar sus sistemas internos de inocuidad alimentaria, afirman FAO y OMS. En muchos países en desarrollo no hay un sistema general de inocuidad alimentaria en vigor.

Esos países tienen una oportunidad de dar «un salto adelante» hacia los sistemas actuales de inocuidad alimentaria, soslayando las décadas de lentos progresos y de experiencias a caro precio de los países industrializados y adoptando los modernos sistemas de inocuidad alimentaria que funcionan bien.

El enfoque del «salto adelante» fomentará el desarrollo eficaz y efectivo de los sistemas de inocuidad alimentaria, que llevan aparejados enfoques preventivos y basados en el cálculo de riesgos que comprenden también la vigilancia, la evaluación de riesgos y la puesta en marcha de estrategias de gestión del riesgo.

Es una situación donde se gana siempre. Los países industrializados se sentirán más seguros de que los alimentos importados sean inocuos, mientras los países en desarrollo mejorarán sus normas internas de producción de alimentos y serán capaces de expandir sus mercados de exportación.

Brundtland pidió a la Comisión del Codex Alimentarius que «mejore los sistemas empleados para garantizar la inocuidad de los alimentos y recuperar la confianza de los consumidores. Debemos replantear nuevamente estos sistemas desde el origen de un producto hasta que llega a la mesa del consumidor». Para Brundtland, la Comisión del Codex Alimentarius debe «garantizar la existencia de normas internacionales claras y útiles para los alimentos modificados genéticamente».

Brundtland solicitó un proceso más rápido y con presupuestos científicos que favorezca las aportaciones tanto de los países en desarrollo como de los consumidores. Según Brundtland, la OMS estudia la posibilidad de establecer un fondo fiduciario para mejorar la participación de todos los países en desarrollo.

«Es necesario también informar a la opinión pública de los trabajos de la Comisión mucho mejor de lo que se hace en la actualidad», agregó. Brundtland observó que a pesar de las noticias que circulan en los medios de comunicación, el grueso de los problemas de inocuidad alimentaria ni siquiera llega a los sistemas de información.

«Las personas tienen derecho a una alimentación nutritiva e inocua», afirmó por su parte Hartwig de Haen. «Los consumidores han manifestado repetidamente que para ellos los factores más importantes a la hora de decidir qué comer son el valor nutritivo, la inocuidad y la calidad, así como que los alimentos sean frescos y sabrosos. La FAO atribuye la misma importancia a todos esos factores . Los productores agrícolas y los que elaboran alimentos comparten la responsabilidad de garantizar que las preferencias de los consumidores se respeten a lo largo de toda la cadena de producción alimentaria. Para cumplir este objetivo, la FAO ha intensificado su apoyo a los países miembros».

De Haen lanzó también un llamamiento a los científicos de todo el mundo para que potencien la investigación sobre materias alimentarias todavía no entendidas a fondo como por ejemplo la contaminación microbiológica de los alimentos, la enfermedad de las vacas locas y los organismos modificados genéticamente.

La FAO está poniendo a punto en Internet un sistema de información sobre inocuidad de los alimentos y sanidad vegetal y animal junto con otros organismos y entes colaboradores de las Naciones Unidas. Formarán parte de él un sistema de alerta rápida sobre cuestiones de inocuidad de los alimentos. «Es necesario, tanto para los gobiernos como para el público, tener acceso rápido a las normas del Codex Alimentarius y a la información de los nuevos peligros provocados por plagas de las plantas y enfermedades animales, así como a la relativa a las enfermedades de origen animal que afectan a los seres humanos», subrayó de Haen.

De Haen hizo también hincapié en la necesidad de que todos los países participen activamente en el Codex Alimentarius. Para este fin, los países necesitan sistemas de control de los alimentos eficaces y que funcionen. «Es importante evitar que los países poco informados sufran la presión de los grupos de interés».

Los países en desarrollo carecen sobre todo de reforzamiento de la capacidad. La FAO está poniendo en marcha un Servicio Mundial sobre Inocuidad y Calidad de los Alimentos para los Países Menos Adelantados. El servicio se propone reforzar los sistemas reguladores de la alimentación propios en los países en desarrollo, su competitividad en el mercado internacional de alimentos y su preparación para participar en el Codex.

La OMS está plenamente comprometida en la promoción de la salud y la equidad mediante el fomento de la inocuidad alimentaria, potenciando las acciones que reflejen las prioridades sanitarias de las personas con menos recursos. La alimentación suficiente e inocua es un requisito primordial para la salud. Por eso, para la OMS su aportación a la inocuidad alimentaria tiene como punto clave la evaluación del riesgo. Seguirá apoyando las acciones sanitarias dentro del Codex en la forma que esté más al servicio de los Estados Miembros y de sus pueblos, sobre todo en los países en desarrollo.

Según la FAO, unos 2 millones de niños mueren cada año por enfermedades ligadas a la diarrea y provocadas por los alimentos y el agua. Además se calcula que cada año se producen miles de millones de casos de enfermedades de origen alimentario. Incluso en los países industrializados, se estima que un tercio de la población padece algún caso de enfermedad de origen alimentario cada año y que alrededor de 20 personas por cada millón mueren a consecuencia de esas enfermedades. Estos cálculos se refieren sobre todo a problemas microbiológicos. Si se incluyen también las enfermedades provocadas por agentes químicos en los alimentos , el peso total de las enfermedades es todavía más alto.

FAO

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