El origen del malestar radica en la propuesta de la Consejería de Agricultura que se ha hecho pública y que pretende recortar las ayudas agroambientales en el sector.
La FCAC argumenta que el sector apícola está inmerso en una grave crisis a causa de la sequía de los últimos años, que ha hecho disminuir considerablemente la producción y que se une a una situación de mercado de precios muy bajos.
Junto con otras organizaciones sectoriales, las cooperativas apícolas solicitan que se mantenga la prima de las ayudas agroambientales contempladas en el anterior Programa de Desarrollo Rural catalán y para conseguirlo se proponen dos posibles opciones, ambas comportan un bajo importe presupuestario para el Departamento pero un ingreso importante para los apicultores profesionales. Las propuestas pasan por proponer una única modulación o bien por potenciar la utilización de la abeja autóctona.
La FCAC afirma que el recorte por parte de la Conserjería da unas ayudas que son relativamente económicas para al Gobierno catalán -en la medida que están cofinanciadas por Bruselas- generaría una importante perdida de competitividad de los apicultores catalanes que, unida a la disminución de la producción y los bajos precios, puede poner en grave peligro la continuidad de las explotaciones.
FCAC