La Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha ha contribuido con 1,3 millones de euros –a través de las ayudas previstas en el Decreto 95/200 de mejora, consolidación y transformación de regadíos- para la ejecución de unas obras que han supuesto una inversión de 2,9 millones de euros. El objetivo es mejorar la productividad de una superficie en la que se cultivan maíz, cereales de invierno, girasol y productos hortícolas.
El proyecto ha consistido en la puesta en regadío de parcelas que están orientadas al cultivo de secano mediante la construcción de una infraestructura moderna que permite la programación de los riegos en cantidad, horario y duración. El sistema consiste en riego a presión con cobertura total mediante mangueras y cobertura enterrada, y con independencia entre parcelas.
La consejera de Agricultura, Mercedes Gómez, destacó que “el futuro de nuestra agricultura está ligado al desarrollo de nuevas zonas regables y a la consolidación de las ya existentes porque mejora la productividad y, en consecuencia, aumenta la renta agraria de nuestros agricultores”. La titular de Agricultura añadió que esta finalidad se compatibiliza con “el aprovechamiento racional de los recursos hídricos, ya que nuestra comunidad autónoma debe ser eficaz en la administración del agua e impulsar el ahorro”.
La política de la Consejería de Agricultura en materia de regadíos tiene como principales objetivos la diversificación de la producción agraria, el incremento de la producción final agraria y el aumento de la renta agraria, mediante un uso sostenible de los recursos hídricos y su adecuación ambiental.
JCCM