Los abonos fosfatados son los que han acusado la pérdida más
elevada (-9%), mientras que los potásicos han sufrido una baja del 5% y los
nitrogenados han caído el 4,6%. En
su conjunto, la industria francesa de
fertilizantes en 2002 ha vendido 1,4
millardos de euros, cifra inferior en
el 10,8% a la de 2001. Las razones
de este hecho hay que buscarlas en la reducción de las siembras del pasado
otoño, las malas condiciones meteorológicas, la difícil situación económica de
los agricultores, la disminución de los precios, etc.
La Unión de Industrias de Fertilizantes (UNIFA) ha dado a conocer en octubre los
datos sobre la evolución de la campaña de ventas 2003-2004, con unos datos que
no resultan tampoco nada optimistas. En su conjunto, la pérdida con relación a la
campaña anterior es del 14%, cifra que para los abonos nitrogenados llega al 19%
y para los fosfatados al 8%, manteniéndose los potásicos en el mismo nivel. Sin
embargo, la UNIFA observa la situación con serenidad porque los datos se
refieren a finales del mes de julio, en que sólo se había comercializado el 15%
aproximadamente de las ventas del año, y las noticias sobre el comportamiento
del mercado en agosto y septiembre han resultado esperanzadoras y se habrían
disparado las ventas de nitrogenados, con lo que las cifras globales podrían estar
en los niveles del pasado año.
La UNIFA ha expresado su preocupación ante el anuncio de un endurecimiento de
la normativa europea sobre el contenido en cadmio de los abonos fosfatados y
sobre el proyecto de Ley del Agua, en fase de redacción en el Ministerio de
Ecología, que podría incorporar una tasa sobre los fertilizantes, como fórmula de
hacer pagar a los agricultores el efecto contaminante de su actividad
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