“Conocemos que azoxystrobin es extremadamente tóxico para los peces de agua dulce y marina, pero no existen estudios sobre el salmón” dijo el científico Pål Olsvik.
El fungicida entra en la cadena alimentaria en ríos y el mar como resultado de la escorrentía agrícola. Debido al uso de fuentes alternativas de alimentos para la acuicultura, podemos esperar un incremento en la cantidad de los residuos fitoquímicos en los alimentos de los peces, lo que podría conducir a que el salmón asimile algunos de ellos.
La investigación en NIFES ha mostrado que azoxystrobin afecta la expresión de genes específicos en los salmones smolts. NIFES analizó marcadores genéticos seleccionados en muestras de músculos e hígado de los smolts que han sido expuestos a varias concentraciones de azoxysbrotin.
“Hemos encontrado que la exposición a azoxystrobin afecta la respiración mitocondrial dentro de las células. Entre los efectos potenciales de disturbios es el estrés oxidativo, el cual puede interrumpir la división celular y el crecimiento en el salmón” dijo Olsvik, quien enfatiza que los efectos son particularmente marcados, y por esto, solo un limitado número de marcadores genéticos han sido estudiados.
Numerosos estudios ya han demostrado que los fitoquímicos usados por los productores agrícolas para combatir los hongos, son tóxicos para un amplio rango de mamíferos, peces y otros organismos.
Los análisis realizados por NIFES forman parte de un proyecto ejecutado por el Norwegian Institute for Nature Research (NINA) en colaboración con el Norwegian Institute for Water Research (NIVA).
AQUAHOY