GANADO PARA COSOVO – AGRICULTURA Y PESCA

Al volver los agricultores con sus familias a sus tierras, al terminar el reciente conflicto en el verano de 1999, les conmovió la devastación que encontraron. Muchas personas habían perdido todo, hallaron sus casas destruidas y sus animales muertos. El conflicto redujo la cabaña de Kosovo de 400 mil a 200 mil cabezas de ganado. ..\..\NEWS/2000/img/Kosovo.mov..\..\NEWS/2000/img/Kosovo.mov Avión cargado de vacas para los agricultores kosovares pobres. Para ver el vídeo de noticias de la FAO, haga clic en la imagen. Kosovo/E. Northoff Ganado a bordo del DC-8 dirigido a Pristina, en Kosovo Kosovo/E. Northoff Agricultor beneficiario en Kosovo firmando un contrato antes de recibir su vaca Kosovo/E. Northoff Familia kosovar con la vaca donada por el proyecto de emergencia de la FAO y el Banco Mundial Kosovo/E. Northoff Gani Kadriu fue una de las personas que perdió sus animales. Él vive con su familia, de 12 integrantes, en Likovic, al norte de Kosovo, donde el combate fue enconado. «Produzco sobre todo para mí y mi familia -explica Kadriu-. Siembro trigo, maíz y hortalizas. Antes de la guerra tenía tres vacas y había suficientes alimentos para todos. Durante el conflicto perdí todo. Dañaron mi casa y mataron o se robaron mis vacas y aves de corral». Una tarde soleada de noviembre llega de Bratislava al aeropuerto de Pristina un DC-8 con una carga especial: 65 cabezas de ganado, vaquillas preñadas de Austria y el sur de Alemania. La FAO y el Banco Mundial han llevado un total de 2 500 vacas a Kosovo, como ayuda para los agricultores pobres, para restablecer la cabaña de la provincia. Entre septiembre y noviembre de 2000 llegó ese ganado en 40 vuelos. Las razas, Simmental Fleckvieh y Brown Swiss, son muy resistentes y se adaptan particularmente bien al clima y a la pequeña agricultura de Kosovo. Se prevé que esas vacas produzcan 3 500 litros de leche en promedio al año. La FAO además distribuyó 45 sementales entre los agricultores de las zonas más apartadas, que carecen de acceso a los servicios de inseminación artificial. pobres vuelvan a producir leche era darles una vaca», explica Andrew Friend, especialista en ganadería del proyecto de reconstrucción agropecuaria de emergencia de la FAO y el Banco Mundial. «Estas personas han sufrido enormes pérdidas, y nadie tendría dinero para comprar vacas. Ahora van a poder comenzar de nuevo a producir leche, yogurt, quesos y carne. Podrán alimentar a sus familias. El proyecto también va a estimular la producción diaria de leche y debería reducir la dependencia de Kosovo de las importaciones». Expertos internacionales y veterinarios de Kosovo fueron a Austria y Alemania a escoger los animales, que finalmente se distribuyeron en tres municipios: Srbica/Skenderaj, Glogovac/Gllogovc y Decani/Decan, donde el conflicto perjudicó más la agricultura. Organizaciones no gubernamentales, como Acción contra el hambre y Mercy Corps International, seleccionaron a las familias beneficiarias de las aldeas. «Los consejos de los pueblos presentaron una lista, verificada de nuevo, de familias pobres -afirma Veton Hajdini, de Acción contra el hambre-. Muy a menudo una mujer es responsable de la familia, en las que hay de seis a 15 niños. Son pobres, perdieron todos sus animales y carecen de opciones para ganarse el sustento». Para poder recibir una vaca, es requisito que las familias tengan experiencia en producción ganadera y acceso por lo menos a una hectárea de pastizales para llevar la vaca a pastar. Los agricultores se quedan con la primera ternera que nazca, pero la segunda tienen que entregarla a otra familia o persona de la población que lo necesite. Si venden o matan a sus animales, tienen que pagar una multa. La FAO, en colaboración con los veterinarios locales y las ONG, aseguran que los beneficiarios reciban la ayuda necesaria para atender a sus animales, y se les alienta a criar las vaquillas importadas, para lo cual los veterinarios ofrecen asesoría. Además, se capacita a las familias en conservación de piensos y forrajes. «Acuden a nuestros cursos muchas más personas de las previstas -explica Friend-. Es un indicio muy estimulante que demuestra el entusiasmo de la población por volver a trabajar».

FAO

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