El director general del Agua de Castilla-La Mancha, Enrique Calleja, aseguró ayer en Ciudad Real que el abastecimiento de agua de los municipios de la provincia está garantizado para los próximos meses pero advirtió de que las perspectivas para el año próximo no son halagüeñas si continúa la ausencia de precipitaciones.
Ante esta hipótesis, Calleja, que presidió una reunión de seguimiento del plan de coordinación entre administraciones públicas para prevenir situaciones de sequía en abastecimiento a poblaciones, explicó que en la reunión de hoy se decidió elaborar un protocolo de actuación que se remitirá a todos los municipios de la provincia para activarlo en caso de falta de agua.
El director general del Agua indicó que la redacción de este documento se ha encargado a la Diputación Provincial de Ciudad Real y a la Subdelegación del Gobierno, dos de las administraciones participantes en este plan de seguimiento además de la Junta de Comunidades.
El protocolo ha de estar listo la semana que viene y servirá para que los alcaldes de los municipios que puedan verse afectados por interrupciones en el suministro de agua dispongan de información sobre puntos de captación alternativos y de las condiciones del transporte de agua mediante cisternas. Al mismo tiempo, el documento establecerá también mecanismos de coordinación entre las tres administraciones para que sus actuaciones no se solapen.
En cuanto a la situación de los embalses de Ciudad Real, Enrique Calleja señaló que su situación es “francamente buena” porque todos están como mínimo al 50 por ciento de reservas de agua, y comentó que las poblaciones que se abastecen de los acuíferos 23 y 24 tampoco corren peligro de que escasee el agua.
No obstante, el director general comentó que le preocupa el abastecimiento de Almadén, ya que la presa del Quejigo Gordo, aunque está por encima del 60 por ciento, tiene una capacidad de embalse de tan solo 1,3 hectómetros cúbicos. Según Calleja, con las reservas actuales el suministro de agua de Almadén está garantizado este año, pero podría verse amenazado en el 2003 de proseguir el régimen actual de ausencia de lluvias.
El director general del Agua apuntó que para resolver esta situación se está estudiando la posibilidad de bombear agua de pozos mineros, una medida que ya se aplicó en 1995, aunque explicó que la solución definitiva es el proyecto en que está trabajando la Consejería de Obras Públicas para construir un embalse en la cola de la presa de La Serena.
Enrique Calleja espera que los estudios que está realizando el Gobierno de Castilla-La Mancha para decidir el lugar más apropiado donde ubicar la presa acaben antes de fin de año y que a principios del 2003 se pueda licitar la redacción del proyecto de construcción.
El director general del Agua avanzó que el futuro embalse superará los 25 hectómetros cúbicos de capacidad, diez veces el consumo anual de agua de los municipios de la comarca, que ronda los dos hectómetros y medio.
JCCM