El consejero de Obras Públicas de Castilla-La Mancha, Alejandro Gil, ha manifestado que el Plan Nacional de Regadíos, que ha suscitado el principal debate en la reunión del Consejo Nacional del Agua, es insuficiente y no cumple las expectativas de Castilla-La Mancha.
Además, para el titular de Obras Públicas, el Plan llega tarde, ya que se presenta ahora al Consejo Nacional del Agua, cuando los estudios se llevaron a cabo hace al menos cinco años. Para Gil, ésta no es sino una clara muestra de la escasa voluntad política del Gobierno central en un proyecto de esta envergadura.
El consejero ha recordado que el Ministerio de Agricultura sigue insistiendo en que el Plan Nacional de Regadíos ha sido un proyecto consensuado con las Comunidades Autónomas, algo que, a su juicio, no es cierto en su totalidad, ya que, aunque han existido distintas reuniones al respecto y se está avanzando en el acuerdo, no puede hablarse de consenso.
En este sentido, el máximo responsable regional del agua ha reiterado la necesidad de apostar por el diálogo en un Plan que afecta a todo el territorio nacional. Es de justicia porque las competencias en materia agraria son de las comunidades autónomas y porque el 55% de las inversiones públicas, según el Plan Nacional de Regadíos, serán aportadas por las mismas, aseguró Gil.
Según ha informado el propio consejero, en lo que se refiere a Castilla-La Mancha, el Plan Nacional de Regadíos es insuficiente, ya que sólo contempla 28.000 hectáreas para transformación de nuevos regadíos y 91.000 hectáreas para mejora y consolidación de los mismos.
Pero además, Gil ha manifestado que encuentra deficiencias en la propia financiación, ya que a nuestra región se destinarán 68.000 millones de pesetas, de los cuales el 35% serán aportados por los agricultores privados. En opinión del titular de Obras Públicas en muchos casos, especialmente en los regadíos sociales, los agricultores necesitarán mayores inversiones públicas.
Por último, Gil destacó el obsoleto carácter del documento, lo que se refleja en que el Plan Nacional de Regadíos señala que existen 353.000 hectáreas de regadíos en Castilla-La Mancha, cuando la cifra actual supera las 450.000. Sin embargo, aseveró, nos parece una base importante de acuerdo, con muchos aspectos por pulir que esperamos se subsanen en próximas reuniones sectoriales.
JCCM