El director general del Agua, Miguel Ángel Ródenas, subraya que para hacer frente a la escasez de agua es necesario consolidar el trasvase Tajo-Segura y recuperar el proyecto del Plan Hidrológico Nacional
Un informe elaborado por la Universidad de Córdoba concluye que el déficit hídrico provocará la desaparición de los cultivos de regadío en dos o tres décadas
El director general del Agua, Miguel Ángel Ródenas, ha alertado sobre las repercusiones que para la agricultura murciana podrían suponer las previsiones estimadas para las próximas dos décadas, según se refleja en un estudio elaborado por la Universidad de Córdoba para el Sindicato Central de Regantes. Según Ródenas, este informe, que concluye que los cultivos de regadío de la Región desaparecerán en un período de 20 ó 30 años aproximadamente a causa del déficit de recursos hídricos, vuelve a poner de manifiesto que “el acusado déficit estructural de la Cuenca del Segura no puede atenderse únicamente con tres desaladoras”.
Asimismo, Ródenas ha señalado que este estudio ‘evidencia la difícil situación en la que se encuentra los agricultores de la Región, que atraviesan una coyuntura en la que el desarrollo de los cultivos está marcado por un grave déficit hídrico estructural que supera los 1000 hm3, llegando casi a alcanzar la cifra de los 1200 hm3’
El director general del Agua ha destacado que la única solución posible que el Gobierno de Rodríguez Zapatero debe adoptar para paliar los efectos negativos previstos para el campo murciano de cara a las próximas décadas “pasa obligatoriamente por la necesidad de consolidar el trasvase del Tajo-Segura y recuperar el trasvase del Ebro”. “El campo murciano necesita para subsistir el suministro procedente de los envíos realizados desde el Acueducto Tajo-Segura, que supondrían un aporte de agua de 600 hm3, mientras que con el trasvase del Ebro se sumarían otros 450 hm3, es decir, trasvases por encima de los 1000 hm3”, ha precisado el responsable de Agua de la Consejería de Agricultura.
Además, Miguel Ángel Ródenas ha destacado que la agricultura de la Región “necesita, para evitar su futura desaparición, un suministro en cantidad y a un precio adecuado”, al tiempo que ha incidido en que “ninguno de estos factores son solucionados por el uso de la desalación, que podemos entender únicamente como un complemento”. Ródenas ha explicado que la desalación no aporta soluciones a la escasez de agua que padece el campo murciano “ya que no sólo no se suministra en cantidad, sino que en su producción se consume demasiada energía e implica un alto e inasumible precio para los agricultores”.
Otro de los aspectos fundamentales que, a juicio del responsable de Agua de la Consejería, saca a la luz el estudio realizado por la Universidad de Córdoba, son las repercusiones que para la Región supone el déficit de agua desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental. “En este momento nuestros cultivos se están salinizando a causa de la utilización de aguas de mala calidad procedentes de la sobreexplotación de los acuíferos, ya que no se deja a los agricultores otra salida”. En este sentido, Ródenas ha incidido en el que “el único remedio para que deje de practicarse esta sobreexplotación pasa obligatoriamente por el hecho de que el Gobierno de la Nación permita traer agua trasvasada desde otras zonas de España”.
El director general del Agua ha manifestado asimismo que el derogado trasvase del Plan Hidrológico Nacional era “un auténtico proyecto de sostenibilidad ambiental para la cuenca del Segura”. Ródenas ha explicado que el trasvase del Ebro “que discurría, por ejemplo, por la tierras altas de Jumilla y Yecla -precisamente por las zonas que utilizan los recursos procedentes de aguas subterráneas- eliminaría los riesgos medioambientales que pronostica este informe”.
“El beneficio ambiental del trasvase del Ebro es bien claro; si utilizamos aguas trasvasadas se dejan de utilizar los pozos. Por una lado se dejaría de usar aguas salobres y se permitiría la recuperación de los acuíferos, favoreciendo que vuelvan a surgir recursos de esos manantiales”, ha agregado Ródenas.
Por otra parte, para Ródenas, a la información contenida en este estudio hay que sumar la ofrecida ya en “otros informes contundentes”, realizados por instituciones de ámbito internacional, como es el caso del informe Berkel de la Universidad de California, que incluía la sostenibilidad ambiental entre los beneficios del Plan Hidrológico Nacional. “Con su derogación -el mayor error de la política hidráulica del Gobierno socialista- se nos está condenando a la sequía, mientras que la realidad y los informes revelan que hay que recuperarlo cuanto antes”, ha apostillado Ródenas.
El informe editado por la Universidad de Córdoba, concluye que los cultivos de regadío de la Región desaparecerán en un período de 20 ó 30 años aproximadamente a causa del déficit de recursos hídricos. El estudio, encargado por el Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura cifra las necesidades hidrológicas reales del campo murciano, y especifica que en los casi 30 años transcurridos desde el inicio de las actividades de este organismo, la cantidad de agua que requiere el sector agrario regional se ha incrementado en los últimos años hasta alcanzar los 950 hm3. De esta cifra, según se apunta en el informe, el acueducto ha permitido el trasvase de 450 hm3, por lo que la cantidad restante, casi 500 hm3, se constituye como el déficit hidrológico real que padece la Cuenca del Segura, una cantidad que la agricultura murciana necesitaría para subsistir.
En concreto, el estudio, que ha sido elaborado por el departamento de Ingeniería Técnica Agrícola de dicha Universidad, se ha llevado a cabo a través del análisis detallado de terrenos de regadío clasificados por superficies y modalidades de cultivo, y establece que la escasez de agua ocasionará a medio plazo la salinización de las zonas agrícolas de la Cuenca del Segura.
El informe señala asimismo el notable desequilibrio entre lo que la Región necesita y lo que se recibe, reflejado además a través de las entrevistas realizadas a los agricultores de los terrenos estudiados, al tiempo que incide en la necesidad de aplicar medidas “específicas” para poder salvar los cultivos murcianos
CARM