Nota de ASAJA
El Gobierno estudia «fórmulas económicas atractivas» para incentivar a las empresas a comprar el mayor porcentaje posible de materia prima nacional para producir biocarburantes, según anunció el director general de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, Francisco Amarillo. ASAJA solicitó celeridad en la negociación de un contrato tipo entre empresas y agricultores antes de que expire el plazo de presentación de solicitudes de ayudas europeas en esta campaña.
«Estudiamos establecer fórmulas económicas atractivas que permitan que el porcentaje de cultivos nacionales sea lo mayor posible», dijo Amarillo, en un receso de la tercera reunión de la Mesa de Biocarburantes, en la que participan miembros de la administración, de la industria, de las organizaciones agrarias y empresas privadas.
Los miembros de la Mesa aspiran a cerrar antes del próximo mes de marzo un contrato tipo entre agricultores y empresas referenciado sobre todo a precios del mercado energético, antes de la fecha límite de solicitud de las ayudas de la Política Agraria Común (PAC). «Tendremos un acuerdo antes de tres meses», confió Amarillo.
Este futuro contrato tipo referenciará también el precio de las producciones agrícolas a indicadores como los precios de las materias primas en mercados internacionales, lonjas o puertos, y será diferente para el biodiésel (que se extrae de colza y otros aceites) y el bioetanol (a partir de cereales y remolacha).
Según explicó el responsable de Desarrollo Rural, el contrato tipo persigue garantizar unos precios «rentables» para los agricultores y animar a las empresas a producir estas energías alternativas, siempre dentro del marco normativo de la Unión Europea.
Por el momento, la industria apuesta por contratos por periodo de seis o siete años para asegurarse el abastecimiento de materias primas a precios similares, mientras que los agricultores prefieren contratos por plazos más cortos para una mayor flexibilidad de precios, indicó.
Amarillo resaltó que los objetivos de la Mesa se inscriben tanto en la voluntad del Gobierno de cumplir con los objetivos de Kioto y de reducir la dependencia energética de los carburantes convencionales como de avanzar en actividades agrícolas respetuosas con el medio ambiente y que contribuyan a fijar la población rural.
«INCENTIVOS FISCALES, FUNDAMENTALES»
El director de biocarburantes de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), Manuel Bustos, resaltó el compromiso de la industria de dar prioridad a la materia prima nacional sobre la de importación, pero resaltó la necesidad de que haya suficiente producción ajustada a los costes» y que «los incentivos fiscales son fundamentales».
Asimismo, apostó por que en 2007 se apruebe en España la obligación de los operadores petrolíferos de consumir un porcentaje determinado de biocarburantes, tanto de biodiésel como de bioetanol, lo que permitirá llegar al objetivo de que el 5,75% del consumo de carburantes en 2010 sea de biocombustibles, porcentaje que podría elevarse al 15% en 2015, según sus cálculos.
Por parte de los agricultores, el director de los Servicios Técnicos de ASAJA, José Carlos Caballero, reclamó celeridad en la negociación de un contrato tipo entre empresas y agricultores antes de que expire el plazo de presentación de solicitudes de ayudas europeas en esta campaña. «Ahora estamos parados, hay que resolver el corto plazo», dijo.
Una vez firmado este acuerdo básico, ASAJA, según recordó Caballero, apuesta por un acuerdo estratégico a medio plazo que incluya fórmulas para garantizar que la industria se abastezca de al menos un 30 por ciento de materia prima nacional, con incentivos fiscales y otros apoyos de ministerios o ayuntamientos.
ASAJA