Greenpeace advierte que el litoral catalán está gravemente deteriorado

Greenpeace ha presentado esta mañana en rueda de prensa en Barcelona el
informe CoastWatch 2000-2001 sobre el estado del litoral catalán. Esta
campaña, que forma parte del proyecto europeo CoastWatch, cumple este año su
décimo aniversario y en ella han participado unos 2.000 voluntarios, que han
recorrido el 80% de las costas de Girona, Barcelona y Tarragona.

Todos los años, los voluntarios que participan en esta campaña recogen datos
sobre la tipología y cantidad de los residuos que aparecen en la costa, la
contaminación del agua en los tramos con efluentes y la presencia de nuevas
infraestructuras, para obtener información directa sobre el estado del
litoral. Luigi Ceccaroni, coordinador del CoastWatch 2000-2001 declara que
“las salidas a la costa se realizan durante los meses de octubre y
noviembre, cuando ésta no recibe ni turistas ni, por ello, la atención
adecuada por parte de las administraciones, y presenta un estado muy
diferente del que presenta en verano”.

Este año, Greenpeace ha advertido del crítico momento en que se encuentra el
litoral catalán, principalmente a causa de la erosión costera, la
transformación y desaparición de ecosistemas naturales, y la contaminación.

Del informe CoastWatch 2000-2001 se desprende que se siguen realizando obras
como diques, espigones, muros, urbanizaciones, paseos marítimos, puertos y
actuaciones en el dominio público marítimo-terrestre que determinan la
destrucción y desaparición de ecosistemas costeros de gran valor ecológico,
así como la introducción de elementos generadores de erosión.

En la provincia de Girona, las amenazas inminentes son el abuso de las
actividades recreativas, la contaminación del agua y la erosión; en
Barcelona, la regresión costera constituye la principal amenaza, seguida de
la contaminación por aguas fecales, el abuso de actividades recreativas, la
presencia de aceites e hidrocarburos en las aguas costeras y la edificación.
En Tarragona la regresión costera es una amenaza de gran magnitud, seguida
de los abusos de actividades recreativas, la edificación y la contaminación
del agua.

Ceccaroni señala que “la información recogida en la campaña de este año
demuestra que la ocupación del litoral sigue adelante, pese al grave estado
de transformación en que ya se encuentra la costa de Cataluña”. Además,
apunta que “la contaminación por presencia de residuos sólidos urbanos, como
envases de vidrio, latas, envases de plástico (incluyendo los de PVC) y
restos higiénico-sanitarios, muestra la verdadera cara de la gestión de los
residuos en Cataluña y el fracaso de las campañas de recogida selectiva".

Entre los residuos higiénico-sanitarios encontrados destaca la presencia de
bastones de los oídos (hasta 55.000 en el mismo día), seguidos de compresas
(casi 5.000) aplicadores de tampones y preservativos. Los restos de mayor
dimensión están constituidos principalmente por basura doméstica (42%),
restos de colillas de cigarrillos, enseres, restos de naufragios y diversos
objetos metálicos. En cuanto a la basura doméstica, las bolsas de plástico
(hasta 18.000 contabilizadas el mismo día) son los residuos más habituales,
seguidos de envases de plástico (unos 16.000), envases del plástico PVC
(unos 8.000), latas o envases de cartón (unos 6.000).

Este año se vuelve a presentar el índice de calidad de la costa INCAS que
tiene en cuenta los siguientes parámetros: Residuos, contaminación, zona de
influencia, urbanización, características físicas, efluentes, riesgos y
presencia de petróleo. En general el estado de la costa catalana es
decepcionante. A La única provincia con una calidad suficientemente alta es
la de Girona. Los valores más altos del INCAS se encuentran en la parte más
septentrional del Alt Empordà. En cambio las zonas de peor calidad están
asociadas a las grandes concentraciones urbanas: de Vilassar de Mar a El
Prat de Llobregat y la zona de la ciudad de Tarragona.

Eva Hernández, de la campaña de Aguas y Costas de Greenpeace, recuerda los
grandes proyectos aún por construir y que preocupan más a los ecologistas,
como son el Fórum 2004 en Barcelona, o el Plan Delta, que prevén la
ocupación de amplios espacios litorales. Asimismo, destaca que pese a la
moratoria aprobada por el Parlamento catalán para la construcción de nuevos
puertos deportivos, existen proyectos que se siguen tramitando y que, de
llevarse a cabo, terminarían por condenar los pocos tramos de litoral
catalán que aún se salvan de la crítica erosión que hoy afectas a zonas como
el Garraf, el Maresme o la Costa Daurada.

“El litoral catalán se encuentra en un punto crítico. Es imprescindible
paralizar las construcciones en la costa y caminar hacia un esponjamiento en
esta parte tan saturada del territorio” concluye Hernández.

Greenpeace

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