Greenpeace considera que el plan de residuos del Gobierno valenciano defrauda a la ciudadanía

La primera opción, sin embargo, es la prevención de residuos, es decir, establecer medidas que frenen y reviertan el crecimiento sistemático de las basuras. En este punto el Consell no es tan ambicioso, sino todo lo contrario, porque el plan asume un crecimiento de las basuras de un 25% para 2020, obviando que la Comisión Europea establecerá objetivos de prevención en 2014 de obligado cumplimiento en 2020.

Greenpeace rechaza frontalmente la incineración porque no es una solución sino una respuesta errónea y cara al problema de los residuos. En cambio, las empresas que gestionen las plantas conseguirán contratos millonarios durante décadas para quemarla. Estos serán los únicos beneficiados del plan a los que no interesará invertir en la prevención de residuos ya que afectaría a su negocio.

“La declaración de “interés general” es la única forma que ha encontrado el Consell de no tener que justificarse ante lo medioambientalmente injustificable”, ha declarado Sara del Río, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace. “Con este plan el Consell quiere consolidar un modelo de residuos centrado en los intereses económicos de las grandes empresas y pone de relieve su falta de compromiso con la protección nuestro entorno”.

La incineración de residuos es una tecnología que habría que desechar en lugar de fomentar como base de un plan de residuos si el objetivo real del plan es reducir el impacto ambiental que generan las basuras. El proceso libera al medio ambiente sustancias tóxicas a través de la chimenea y de los residuos que resultan de la quema de las basuras. Además, contribuye de forma neta al cambio climático. La recuperación de energía de una incineradora es pequeña en comparación con el ahorro energético que implica un modelo de residuos basado en la prevención, la reutilización y el reciclaje.

Greenpeace

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