GREENPEACE CONTRA LOS BARCOS PESQUEROS ‘PIRATAS’ ESPAÑOLES

Tras el arresto por parte de Francia del barco pesquero pirata «Castor», de capital español, Greenpeace se ha dirigido al Secretario General de Pesca, solicitándole que emprenda acciones contundentes contra los barcos pesqueros «piratas» españoles, demostrando así claramente el compromiso del Gobierno español contra la pesca ilegal. Este mismo barco ya había sido arrestado pescando ilegalmente por las autoridades australianas y avistado por un barco de Greenpeace, que estuvo persiguiéndolo en el Océano Austral que rodea a la Antártida.

La armada francesa escoltó al barco pesquero, llamado anteriormente Salvora y ahora rebautizado como Castor, hasta la isla Reunión, en el Océano Indico, donde representantes del barco se personarán ante un juzgado francés mañana.

En la víspera de la vista, Greenpeace ha demando al Gobierno español que ponga en marcha leyes para revocar las licencias a los capitanes españoles de estos barcos, como queda recogido en la nueva legislación de pesca aprobada recientemente, y modificada para frenar la continua implicación de armadores españoles en los barcos piratas (2). El patrón de pesca del barco «Castor» es un infractor reincidente. Ya fue detenido y multado con 100.000 dólares australianos (algo más de 10 millones de pesetas) por un juzgado australiano tras su detención en 1997.

«España debe ser severa con los españoles que continúan saqueando la vida marina de la Antártida», declaró Desley Mather, responsable de la Campaña de Pesca de Greenpeace Internacional. «Esta es la tercera vez que han sido capturados cometiendo un delito en los últimos cuatro años, los armadores del Castor están firmemente convencidos de que pueden pescar con total impunidad. Como miembro de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos de la Antártida, la organización internacional encargada de la conservación del bacalao de profundidad, la Unión Europa debe demandar que España actúe de forma responsable y acabe con la pesca pirata llevada a cabo por intereses españoles» añadió Mª José Caballero, responsable de la Campaña de Océanos de Greenpeace España.

Los armadores del Castor tienen su sede en Galicia (3) aunque en su barco ondee la bandera de San Vicente & Las Granadinas, conocida bandera de conveniencia.

La pesca pirata está muy extendida en el Océano Austral que rodea a la Antártida. Compañías pesqueras como la de los propietarios del Castor compran banderas de conveniencia a países como Belice, Panamá, Honduras, Islas Seychelles, Vanuatu y San Vicente & Las Granadinas para eludir la normativa pesquera internacional y todo tipo de control de sus actividades por parte de sus países de origen. En la mayoría de los arrestos a barcos que faenaban ilegalmente durante los últimos años, han estado implicados ciudadanos españoles.

La Secretaría General de las Naciones Unidas ha declarado que la pesca ilegal, no reglamentada y no declarada es «uno de los más severos problemas que actualmente afectan a las pesquerías mundiales». La Asamblea General de las Naciones Unidas ha adoptado una serie de resoluciones donde demanda a los países que ejerzan control sobre las actividades de los barcos pesqueros que ondeen sus banderas. En marzo de este año, 114 países acordaron un Plan de Acción Internacional para combatir la pesca ilegal, no reglamentada y no regulada (Illegal, Unregulated and Unreported – IUU en sus siglas inglesas). Entre otras actividades, enfatizaron la necesidad de imponer sanciones de la suficiente contundencia como para disuadir a los barcos pesqueros piratas de continuar realizando este tipo de pesca y privarles así de los beneficios que obtienen de ella (4).

Muy apreciado en los mercados estadounidenses, japoneses y europeos, las poblaciones de bacalao de profundidad han sido llevadas al borde del colapso en los seis años que los palangreros piratas llevan pescándolo. En sólo unos pocos años, los stocks de esta especie en las islas Prince Edward y Marion fueron devastados, hasta alcanzar casi su extinción comercial. Se estima que cerca de 330.000 aves marinas, entre las que se incluyen varias especies de albatros en peligro de extinción, han engrosado las capturas accidentales de estos barcos piratas.

Greenpeace

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