Greenpeace demanda al Gobierno Japonés

Nota de Prensa de GreenPeace
Esta semana comenzó la cuenta atrás de cara a la próxima reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) que tendrá lugar en Shimonoseki, Japón, con la condena internacional de la caza «científica» de ballenas llevada a cabo por Japón. Activistas de Greenpeace de Nueva Zelanda, Australia, Alemania, Austria, España, Argentina, Japón, Suecia, Bélgica, Luxemburgo, Italia, Suiza, Chile y Reino Unido, se concentraron ante las embajadas japonesas para expresar sus protestas en forma de cajas de carne de ballena, peticiones, cartas, postales, correos electrónicos y faxes.

Las cajas de carne de ballena repartidas por todo el mundo destacan la realidad comercial de la denominada caza «científica». Las ballenas cazadas en nombre de la ciencia son una exquisitez destinada a las mesas de los restaurantes y a las estanterías de los supermercados, una actividad llevada a cabo a pesar de la disminución del mercado existente para este producto en Japón.

Greenpeace demanda que el Gobierno de Japón impida que su Agencia de Pesca prosiga con las actuales actividades de caza de ballenas.

En Madrid, los activistas de Greenpeace, vestidos a modo de híbrido entre científico y hombre de negocios para denunciar los fines ocultos tras el programa japonés de caza «científica», descargaron cajas de carne de ballena ante la Embajada de Japón. Una pancarta de 6 metros que preguntaba «¿Ciencia o negocio?» llamaba la atención sobre la finalidad real de las actividades balleneras japonesas. Mientras, otros dos activistas vestidos de «ojos» advertían del mensaje que Greenpeace ha dirigido en repetidas ocasiones al Gobierno japonés: «El mundo os está vigilando».

En la misma Embajada se hacía entrega de una carta firmada por 100 científicos de todo el mundo pidiendo al Gobierno de Japón «que ponga fin al programa de caza científica inmediatamente y lleve a cabo futuras investigaciones en el Santuario Ballenero Antártico con métodos no letales».

Dentro de cuatro semanas el destino de las ballenas será decidido en la Comisión Ballenera Internacional por un grupo de países, tanto pro como anti-caza de ballenas. La Agencia Pesquera de Japón ha estado adhiriendo a la CBI países que han vendido sus votos a cambio de la ayuda al desarrollo otorgada por Japón (1). Si la Agencia Pesquera tiene éxito y consigue una mayoría de votos en este organismo internacional estará en disposición de expandir sus actuales actividades balleneras (2) y allanar el camino hacia el fin de la actual moratoria sobre la caza comercial de ballenas y hacia el retorno al uso de los grandes balleneros factoría que diezmaron las poblaciones de estos animales en el pasado, eliminar el santuario ballenero del Océano Índico, y reanudar el comercio internacional con Noruega y otros países que podrían también tomar la decisión de reanudar la caza de ballenas.

«Tratar de justificar un retorno a la caza comercial de ballenas es una gran irresponsabilidad» -ha dclarado Sebastián Losada, responsable de la Campaña de Ballenas de Greenpeace España- «Las ballenas ya están amenazadas por otros factores de origen humano como el cambio climático, la contaminación o el agujero en la capa de ozono. La caza comercial ya ha demostrado en el pasado que es intrínsecamente insostenible. Una vuelta a la caza comercial de ballenas es lo último que las ballenas necesitan».

Notas:

(1) En una entrevista emitida por un programa de televisión de la cadena australiana ABC en julio de 2001, un alto funcionario japonés de la Agencia de Pesca, el Sr. Masayuki Komatsu, admitió que Japón concebía la ayuda al desarrollo como una «poderosa herramienta» para asegurar que los países en desarrollo «clave» votaran a favor de la caza de ballenas en la Comisión Ballenera Internacional.

(2) En febrero de 2002, la Agencia de Pesca anunció el aumento de su cuota de rorcuales aliblancos y añadió una especie amenazada, el rorcual boreal, a su lista de especies que serán cazadas con fines «científicos».

GreenPeace

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