Casos como el Puerto Exterior de Ferrol, el Forum 2004 en Barcelona y la expansión urbanística descontrolada en el litoral murciano ponen al descubierto la auténtica política de la Dirección General de Costas
Desde ayer y hasta el próximo día 20, los Directores Generales de Costas de toda la Unión Europea se reunirán en Villajoyosa (Alicante) para debatir la Estrategia Europea de Gestión Integrada de Zonas Costeras (GIZC), un aspecto que desafortunadamente no están incluido en los actuales planes de la Dirección General de Costas.
La Gestión Integrada de Zonas Costeras pretende sentar las bases para alcanzar una gestión sostenible del litoral. La mayoría de los conflictos y problemas que afectan a las costas se deben a fallos de las políticas, las planificaciones y al desconocimiento estratégico desde un punto de vista social y económico de lo que realmente significa una gestión costera sostenible.
Para ello es necesario tener en cuenta a todos los agentes implicados en el litoral: sistemas hidrológicos, socioeconómicos, administrativos, institucionales y culturales. Todos influyen en la dinámica costera y cualquier tentativa que no contemple todos estos aspectos será un rotundo fracaso.
«España se enfrenta a un reto clave si quiere conservar sus costas. Si el Ministerio de Medio Ambiente sigue con su política de hormigón y destrucción del litoral, en muy poco tiempo la destrucción será irreversible» -declaró Mª José Caballero, responsable de la campaña de costas de Greenpeace- «Confiamos en que el resto de países de la Unión Europea hagan entender al Sr. Trigueros, Director General de Costas, que las costas no son carreteras o aeropuertos, sino ecosistemas vivos y frágiles, que no pueden ser tratados a golpe de hormigonera».
Greenpeace está muy preocupado por las últimas actuaciones de la Dirección General de Costas, que además están respaldadas por el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas. Desde esta Dirección General se proponen actuaciones que van en contra de la normativa dictada por la propia Ley de Costas, como la extracción de arena de los fondos marinos – sujeta a evaluación de impacto ambiental por los perjuicios que ocasiona al ecosistema marino – y que ahora pretenden hacer en Baleares, por ejemplo, sin ningún tipo de estudio de impacto ambiental por no creerlo necesario.
«No entendemos cómo es posible que se consienta este tipo de actitudes desde un Ministerio creado para defender el Medio Ambiente» -añadió Caballero- «La actitud de la Dirección General de Costas es clara, no se ve por ningún lado la actitud abierta, transparente y participativa necesaria para que exista una gestión costera sostenible, y esto a quien principalmente perjudica, es a nuestras costas».
Greenpeace