Las líneas principales del Plan Energético del Ministerio de Economía demuestran que el Gobierno ha cedido claramente al chantaje urdido por las compañías eléctricas, que venían amenazando insistentemente desde hacía unas semanas con provocar una nueva oleada de apagones, como excusa para construir nuevas centrales, en vez de invertir en mejorar las líneas de
distribución y en gestionar la demanda para mejorar la eficiencia y el ahorro.
Para Greenpeace, este Plan Energético demuestra claramente también la falta de compromiso medioambiental del Gobierno y la falsedad absoluta de la Estrategia Española de Desarrollo Sostenible (EEDS), que promueve el Ministerio de Medio Ambiente. Además, es totalmente incompatible con el cumplimiento del Protocolo de Kioto, que el Gobierno se ha comprometido a
ratificar.
Mantener en operación centrales nucleares obsoletas y peligrosas como Zorita y Garoña, incrementar en 12.370 MW la generación térmica y no hacer nada para promover el ahorro energético son muestras claras de que la EEDS es pura propaganda, manifestó Juan López de Uralde, Director Ejecutivo de Greenpeace. Para hacer frente al crecimiento de la demanda energética es imprescindible volver a poner en marcha programas de gestión de la demanda y asignar a las energías renovables compensaciones que garanticen su crecimiento.
El plan gubernamental propone la puesta en marcha de al menos 13.500 MW de centrales térmicas de gas, cerrando tan sólo 1.130 MW. Suponiendo que estas últimas sean de carbón, el saldo neto daría lugar a un incremento de emisiones en el sector eléctrico de 36.400.000 toneladas de co2 anuales para 2010.
En opinión de Greenpeace, resulta lamentable comprobar cómo el propio Secretario de Estado de Economía, José Folgado, reconoce que la propuesta de Plan Energético ha sido consensuada antes que nadie con el sector eléctrico, mientras se ignora la aportación de otros sectores sociales. El plan de Economía es totalmente contradictorio con el comunicado oficial del
Ministerio de Medio Ambiente y la Comisión Europea de hace tan sólo ocho días, según el cual La UE continuará en la vía actual de reducción de emisiones. Para Greenpeace, es evidente que el Gobierno actúa con dos caras y da la espalda a los compromisos europeos, lo que es vergonzoso siendo el país que preside la UE actualmente.
La presión del sector eléctrico es palpable en el documento, que asume un crecimiento del consumo de electricidad sustancialmente superior al del propio PIB, lo que inevitablemente agravará aún más la pérdida de eficiencia energética de España que se ha venido produciendo en los últimos años. Cada año España gasta más energía por unidad de Producto Interior Bruto: entre 1985 y 1998 (datos oficiales de IDAE) en España se ha incrementado la intensidad energética hasta situarnos en un 14% por encima de la media de la UE, habiendo sido sobrepasados en eficiencia por Francia y Alemania.
Por otro lado, es destacable la falsedad de los argumentos pro nucleares asumidos por el Gobierno, donde se evidencia la nefasta influencia de la Comisaría de Energía, Loyola de Palacio, que está actuando a espaldas de la Unión Europea, en su promoción unilateral de la energía nuclear. En la última Cumbre del Clima, celebrada en Marrakech en noviembre de 2001, se acordó definitivamente excluir la energía nuclear de los mecanismos del Protocolo de Kioto para combatir el cambio climático. Este importante acuerdo, al que contribuyó decisivamente la Unión Europea, se basa en la evidencia de que la solución al cambio climático no es la opción nuclear.
El plan del Gobierno español contrasta con el presentado ayer por la Autoridad de Energía de California ("Crecimiento Limpio: Energía Limpia para el Futuro económico de California"), que detalla una estrategia para evitar futuras crisis energéticas cubriendo las restricciones de suministro mediante fuentes de energía limpia. California planea cubrir la mayor parte de la demanda energética prevista con medidas de ahorro y eficiencia energética, y generará el equivalente a cinco grandes centrales térmicas de
carbón mediante energía eólica, biomasa y solar.
Greenpeace