GREENPEACE: LOS COPs AMENAZAN A LAS ESPECIES Y LOS ECOSISTEMAS DEL PLANETA

La organización ecologista demanda acciones urgentes
para la eliminación de los Contaminantes Orgánicos Persistentes

En el Día Mundial de la Biodiversidad, la organización ecologista Greenpeace apunta hacia los COPs (Contaminantes Orgánicos Persistentes) como una de las principales amenazas para la supervivencia de las especies del planeta.

«Estos compuestos constituyen un peligro invisible y permanente para la biodiversidad del planeta. Determinados COPs, como los organoclorados, producen diversos efectos sobre la vida silvestre, desde la supresión de la fotosíntesis y del fitoplancton, hasta la depresión del sistema inmunológico y reproductivo de aves y mamíferos marinos, pasando por un aumento de la mortalidad y malformaciones en alevines de peces», declara Juan López de Uralde, Director Ejecutivo de Greenpeace España.

«Estas sustancias pueden desplazarse miles de kilómetros, incorporándose a ecosistemas tan frágiles como los de alta montaña, los del ártico, o los oceánicos, afectando a las especies vulnerables de estas regiones», añade López de Uralde.

Los COPs abarcan diversos grupos de productos químicos que se emplean o generan en los procesos industriales y agrícolas, y que se caracterizan por su alta toxicidad, su difícil degradación y, por tanto, su alta permanencia en los tejidos de los seres vivos (son bioacumulables). En muchos casos, sus efectos son cancerígenos.

Entre estas sustancias se encuentran doce organoclorados (conocidos como la «docena sucia»), tales como las dioxinas y los furanos, generados en la producción e incineración de plásticos como el PVC, o los PCBs (bifenilos policlorados), o componentes de pesticidas como el DDT, el Clordano, el Toxafeno o el Mírex. La lista de COPs también abarca sustancias con metales pesados en su composición, como el TBT (Tributilestaño), empleado, entre otros, como anti-incrustante para embarcaciones.

Este tipo de sustancias se están encontrando fundamentalmente en depredadores situados en la cúspide de la cadena alimentaria, incluido el ser humano.

Todas las especies analizadas en el Atlántico Norte presentan DDT y PCBs en sus tejidos; en Europa, las disfunciones y anomalías de los sistemas inmunitario y reproductivo de mamíferos marinos como focas, marsopas y delfines se asocian a la presencia de COPs en sus tejidos.

El Director Ejecutivo de Greenpeace España declara además que «los estudios de campo sobre COPs realizados en lugares tan teóricamente puros como el Artico permiten relacionar procesos como la feminización de las gónadas masculinas en machos de la Ballena de Groenlandia, la deformación de los genitales en osos polares o la elevada tasa de mortalidad de sus cachorros, con la exposición de estos animales a COPs como el PCB».

En nuestras latitudes, especies como las rapaces o las nutrias también presentan en sus tejidos grasos preocupantes niveles de COPs. Y en nuestros mares, la muerte de miles de delfines listados en el Mediterráneo está relacionada con la alta concentración de organoclorados como el PCB en sus tejidos.

Greenpeace recuerda que el ser humano también sufre los efectos de los COPs, en forma de deterioro del sistema inmunológico y reproductor (incluyendo bajos recuentos de esperma en el hombre, lesiones y tumores como el cáncer de mama en mujeres), o reducción de la talla craneal en niños. En Suecia, la concentración en la leche materna de COPs como los pirorretardantes bromados (empleados en la fabricación de cables) se duplica cada cinco años, y en Holanda se han relacionado ciertas disfunciones en los sistemas inmunitario y nervioso de niños con las altas concentraciones de PCBs y dioxinas en la leche materna.

Los efectos se hacen sentir también en las «áreas vírgenes»: los pesticidas organoclorados ya están afectando a los pueblos indígenas del Artico, como ocurre con las mujeres Inuit del Norte de Quebec, cuya leche tiene altas concentraciones de PCBs.

Precisamente mañana miércoles, bajo los auspicios de Naciones Unidas, más de 120 gobiernos, entre ellos España, firmarán en Estocolmo el Convenio de Eliminación de Compuestos Orgánicos Persistentes, el primer tratado internacional de eliminación de COPs. Tras varios años de campaña, esto supone una victoria para Greenpeace.

Aún así, la organización ecologista recuerda que pese a la firma del Tratado, y de que algunos COPs ya están prohibidos en muchos países, se siguen promoviendo procesos que, como la incineración, generan COPs, y que medio millón de toneladas de estas substancias permanecen almacenados en lugares inadecuados, principalmente en países en vías de desarrollo.

«Es urgente que los gobiernos impulsen los cambios tecnológicos necesarios para proteger al medio ambiente y a la población mundial de los efectos cancerígenos y tóxicos de los COPs, a través de medidas radicales, y en el menor plazo de tiempo posible», añade el Director Ejecutivo de Greenpeace España.

Greenpeace

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